No obstante, como Escribano es propiedad del presidente de Indra, Escribano, y de su familia, la operación requiere un informe favorable por parte de la comisión independiente que se ha constituido al efecto. Una vez se apruebe la operación, los hermanos Escribano suscribirían la mayor parte de ese importe de 1.000 millones, y elevarían su presencia en el capital por encima del 20%, aunque sin superar el 28% en manos del Gobierno, a través de la Sepi.