Este procedimiento se sustancia mientras que avanza el más relevante de la historia del banco emisor, que sumaba más de 220 millones de euros y que servirá para acelerar su transformación digital. El proceso de licitación arrancó el pasado mes de julio. El contrato tiene un valor estimado, entre el precio de salida (27 millones), las potenciales modificaciones y prórrogas que asciende a más de 43 millones de euros. Recientemente, el órgano de contratación confirmó que se habían presentado dos ofertas para quedarse con estos trabajos. Una es de Minsait, la división tecnológica de Indra, y la otra es una unión temporal de empresas formada por Telefónica Soluciones y por la compañía vasca Ibermática. Los trabajos se centran en el soporte y mantenimiento de las aplicaciones «para la resolución de todo tipo de incidencias y problemas» y el desarrollo de nuevas funcionalidades de gestión de datos y analítica. Entre las aplicaciones objeto del servicio se encuentran las que llevan a cabo el análisis de expedientes de inversión crediticia o de consolidación contable de entidades financieras o la que lleva a cabo búsqueda de información estadística.
El periodo de contratación es de tres años, aunque se pueden llevar a cabo hasta dos prórrogas anuales más hasta un máximo de un lustro, como queda reflejado en los pliegos y documentación oficial consultada por La Información. Lo previsible es que haya un ajuste significativo del precio de salida en la adjudicación final. Debido a que no está dividido en lotes, será más rápido en la adjudicación por lo que se espera que haya un ganador a lo largo del próximo mes de octubre, aunque podría retrasarse.
En los últimos años, el peso tecnológico en la actividad del Banco de España ha ido creciendo de manera muy rápida. Prueba de ello es el mayor volumen de este tipo de contratos planteados por el supervisor. El propio organismo aseguraba en el lanzamiento de la ‘megalicitación’ de más de 200 millones de euros hace unos meses que se enfrenta a «innumerables retos» derivados de un entorno tecnológico «altamente cambiante». Entre los objetivos que se marcaba está la modernización para ser «más flexibles, eficientes e innovadores, el impulso decidido a su digitalización, la mejora continua de la ciberseguridad y la evolución hacia una organización más orientada al dato».