«Este primer deterioro en más de un año se atribuye tanto al estancamiento de la producción como a la caída de los pedidos», apuntan en Hamburg Commercial Bank. De hecho, añaden que la situación de los pedidos «es particularmente preocupante». «Las incertidumbres geopolíticas están ensombreciendo a la actividad comercial, llevando a la cancelación o al aplazamiento de las inversiones en el sector industrial y a una reducción de la actividad productiva». Además, «la debilidad de los principales socios comerciales de la zona euro agrava este problema. De hecho, la perspectiva de varios aranceles estadounidenses, que probablemente no tengan tanto impacto en España como, por ejemplo, en Alemania e Italia, aún crea un nivel adicional de incertidumbre que afecta las decisiones comerciales». Así, el índice PMI del sector manufacturero español cayó por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50 en febrero por primera vez en más de un año. Después de tener en cuenta los factores estacionales, se situó en 49,7, una lectura inferior a la de 50,9 registrada en enero, indicando un deterioro marginal de las condiciones operativas.
Como se detalla, la caída del índice PMI estuvo estrechamente relacionada con una modesta contracción en los volúmenes de nuevos pedidos, la primera caída de este tipo desde julio del año pasado. Las empresas informaron de una gran incertidumbre existente en los mercados de productos, vinculada a la preocupación por los precios futuros y las persistentes inquietudes geopolíticas.
Se observó una menor demanda de los principales mercados europeos, hecho clave responsable de la reducción en general de los nuevos pedidos de exportación registrada por primera vez en un año. También hubo informes de que la demanda de los mercados de productos estadounidenses se caracterizó por un alto nivel de incertidumbre.
A pesar de experimentar una caída en los volúmenes de ventas en general, los fabricantes señalaron un crecimiento marginal de la producción en febrero. Dicho incremento se destinó en gran medida a ayudar a poner al día los pedidos por completar, que disminuyeron ligeramente por primera vez desde principios de 2024. Las empresas también quisieron evitar una acumulación innecesaria de inventario dado el contexto de debilidad de la demanda de ventas.
En consecuencia, los datos de la encuesta de febrero revelaron reducciones aceleradas en los inventarios de materias primas y de productos terminados. Las empresas encuestadas también adoptaron un enfoque más prudente para la compra de insumos en febrero, por lo que las compras disminuyeron intensamente y por primera vez desde agosto del año pasado. A pesar de la menor demanda de insumos, se informó que los proveedores no tenían existencias suficientes. Este hecho significó que los plazos medios de entrega de los insumos se deterioraran por vigésimo mes consecutivo.
Después de cinco meses de crecimiento, los niveles de empleo disminuyeron ligeramente en febrero, ya que en general las empresas no reemplazaron al personal que dejó sus plantas. Algo que fue en parte un reflejo de la caída de los nuevos pedidos en febrero.
No obstante, muchas empresas prevén que la demanda y las condiciones económicas en general mejorarán durante los próximos doce meses. Puesto que las empresas planifican mejores campañas comerciales, la confianza en el futuro aumentó en febrero hasta su nivel más alto desde mayo del año pasado.
Por último, los costes de los insumos aumentaron sólidamente en el último período de la encuesta. Se informó que los proveedores aumentaron sus precios y el coste de las materias primas subió con respecto a enero. Las empresas intentaron repercutir estos precios más altos a los clientes siempre que fue posible y el resultado neto fue el segundo fuerte aumento mensual consecutivo de los precios cobrados.
«En una nota más positiva, la evolución de los precios es algo alentadora. Después de meses de una presión creciente en los precios de los insumos, en febrero se observó una ligera relajación. No obstante, los costes de las materias primas y de los proveedores siguen impulsando al alza los precios de compra. Algunas empresas han repercutido estos aumentos de costes a los clientes, pero la presión de los precios en general se mantiene dentro de un rango normal y no es demasiado preocupante», comentan en Hamburg Commercial Bank.