Los datos del índice PMI del sector manufacturero de la zona euro revirtió en septiembre la primera expansión observada en más de tres años de agosto. Descendió a 49,8 de 50,7, lo que reveló un deterioro de las condiciones operativas en las fábricas de la zona euro. No obstante, la contracción fue solo marginal en general.»Todos los subsectores han registrado un declive y las cifras respectivas de las categorías de bienes de consumo, bienes de capital y bienes intermedios, han disminuido con respecto del mes anterior», indican en Hamburg Commercial Bank.
«Especialmente en estos dos últimos subsectores observamos una interrupción de la tendencia alcista que comenzó a finales del año pasado y que había impulsado a ambos sectores a territorio de crecimiento en agosto. El subsector de bienes de consumo, que se había mantenido relativamente estable en comparación con los demás, podría verse afectado por los nuevos aranceles estadounidenses del 100% en los productos farmacéuticos», añaden.
En concreto, tras aumentar por primera vez en casi tres años y medio en agosto, el volumen de nuevos pedidos recibidos por los fabricantes de la zona euro disminuyó en septiembre. El ritmo de contracción fue leve, pero de todas formas fue el más rápido desde marzo. Los mercados de exportación lastraron las ventas en total, ya que los nuevos pedidos recibidos del extranjero cayeron por tercer mes consecutivo y a un ritmo ligeramente más pronunciado. No obstante, los volúmenes de producción manufacturera aumentaron, extendiendo la secuencia de crecimiento que comenzó en marzo. Sin embargo, la recuperación perdió impulso y se atenuó con respecto al sólido ritmo registrado en agosto.
La producción siguió creciendo a pesar de la intensificación de la reducción de la dotación de personal en las fábricas de la zona euro. Las plantillas disminuyeron al ritmo más rápido en tres meses. Los fabricantes también lograron hacer considerables avances en sus pedidos pendientes en septiembre. La tasa de reducción de los pedidos pendientes fue la más marcada desde junio.
Las empresas encuestadas redujeron sus compras al final del tercer trimestre. Tras acercarse a la estabilización muy recientemente (en julio), el ritmo de declive de la actividad de compra se ha intensificado por segundo mes consecutivo. En consecuencia, la demanda de insumos por parte de los fabricantes se contrajo al ritmo más pronunciado desde abril. La reducción de stocks se mantuvo en el sector manufacturero y tanto los stocks de materias primas como los stocks de productos terminados disminuyeron a un ritmo sólido en septiembre. La reducción de los stocks fue debido a la presión en las cadenas de suministro, ya que los plazos de entrega se alargaron en su mayor medida en casi tres años. Por primera vez desde junio, los fabricantes de la zona euro informaron de una reducción de sus costes operativos, una notable desviación de la sólida tendencia inflacionista observada en promedio en la encuesta. Sin embargo, la disminución fue solo marginal.
A su vez, los fabricantes de la zona euro respondieron reduciendo sus tarifas, marcando el quinto mes consecutivo en que las empresas encuestadas han bajado sus precios. De cara al futuro, los productores de la zona euro se mostraron optimistas respecto a que la producción será mayor en el plazo de doce meses en relación con los niveles actuales, aunque las expectativas fueron las más débiles desde abril.
Por países, se observa una distribución equitativa entre los que se encuentran en expansión y los que se encuentran en contracción. Países Bajos encabezó la clasificación, en donde las condiciones mejoraron al ritmo más rápido desde julio de 2022. Grecia y España mantuvieron sus tendencias de crecimiento, aunque los incrementos se ralentizaron durante el mes. El último país de la zona euro en expansión fue Irlanda. Se registró un declive en las tres mayores economías de la unión monetaria (Alemania, Francia e Italia) y sus respectivos índices PMI Manufactureros se situaron por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50.
«En las economías de mediano tamaño de la zona euro, como Países Bajos y España, el sector manufacturero está creciendo. Mientras tanto, en las tres grandes economías, Alemania, Francia e Italia, la recesión que comenzó en 2022-2023 se está atenuando, pero no ha terminado por completo. Las perspectivas del sector manufacturero alemán para los próximos doce meses son positivas. Por el contrario, los fabricantes franceses se enfrentan a un panorama más sombrío, en gran medida debido a su frágil Gobierno, que pronto podría tropezar con el presupuesto de 2026», explican en Hamburg Commercial Bank.
Como añaden, «el estancamiento observado en el sector manufacturero también puede considerarse positivo. Teniendo en cuenta factores adversos como los aranceles estadounidenses, la incertidumbre política en Francia y España (cuyos Gobiernos son objetos de críticas), el difícil comienzo de Alemania con su nueva Administración y las tensiones geopolíticas generalizadas, el sector industrial europeo se mantiene sorprendentemente bien. Está mostrando resiliencia». «No obstante, cuanto más se retrasan las reformas y el entorno empresarial continúa desfavorable debido a los altos costes de la energía y la burocracia, más difícil es para las empresas mantener la rentabilidad y la competitividad. En este contexto, no sorprende que la confianza empresarial sea inferior a la media de los últimos diez años»,