La mayor contribución a la tasa de inflación anual de la zona euro provino de los servicios, por delante de alimentos, alcohol y tabaco, bienes industriales no energéticos y energía. Así, los servicios mantuvieron su incremento de precios en el 4% y el coste de los bienes industriales no energéticos se atenuó al 1,6%. El precio de la energía registró una caída del 3,7%, menor que la bajada del 6,1% en enero, mientras que los alimentos frenaron su encarecimiento al 2,1%, frente a la subida del 6,9% de enero.
En toda la UE, la inflación se colocó en el 2,8% en febrero, en comparación con el 3,1% del mes anterior.
Por países, la inflación anual disminuyó en 20 Estados miembros, se mantuvo estable en cinco y aumentó en dos. Las tasas anuales más bajas se registraron en Letonia, Dinamarca (ambos 0,6%) e Italia (0,8%). Por el contrario, las tasas anuales más altas se dieron en Rumanía (7,1%), Croacia (4,8%) y Estonia (4,4%).
Entre las grandes economías de la eurozona, la inflación descendió seis décimas en España, hasta el 2,9%, en Alemania se situó en el 2,7%, desde el 3,1%, en Francia, en el 3,2%, desde el 3,4%, y en Italia, en el 0,8%, desde el 0,9%.
En sus últimas proyecciones, el Banco Central Europeo rebajó sus previsiones de inflación, sobre todo para este año, ante una menor contribución de los precios de la energía. Ahora calcula que el IPC promediará el 2,3% en 2024 y el 2% en 2025. Esto supone cuatro décimas menos para este año y una décima por debajo para el siguiente respecto a sus anteriores estimaciones. La cifra para 2026 se mantiene sin cambios, en el 1,9%. Por su parte, las proyecciones de inflación subyacente también se revisaron a la baja: 2,6% para 2024, 2,1% para 2025 y 2% para 2026.