Esta es una de las principales conclusiones del análisis ‘Impacto de las insolvencias en la actividad empresarial española’, realizado por los expertos Coface, firma líder en gestión integral de riesgo de crédito comercial, donde la compañía ha analizado la evolución del número de concursos de acreedores en empresas a nivel nacional y cómo esta dinámica está afectando a la vulnerabilidad de muchos sectores.
En este caso, la industria agroalimentaria enfrenta crecientes dificultades para adaptarse a un entorno de alta volatilidad y escasa previsibilidad. Entre los principales desafíos destacan las persistentes interrupciones en las cadenas de suministro, que dificultan la gestión eficiente de inventarios y afectan directamente a la rentabilidad. A esto se suma la volatilidad de los precios de las materias primas, que complica tanto la planificación como la fijación de precios; los patrones climáticos cada vez más impredecibles, que están afectando negativamente la producción agrícola y, paralelamente, el aumento de los costes laborales y energéticos, que ha intensificado la presión sobre los productores, reduciendo sus márgenes en un entorno ya altamente competitivo.
· El análisis interanual de 2024 también muestra un incremento del 5,4% en concursos de acreedores en empresas respecto a 2023, con un total de 78 insolvencias, la cifra más alta desde el año 2019.
Entre los principales desafíos de estas entidades destacan las persistentes interrupciones en las cadenas de suministro, la volatilidad de los precios de las materias primas y el aumento de los costes laborales y energéticos.
· En cuanto al balance general de todos los sectores españoles, las insolvencias empresariales se han incrementado un 29,4% respecto a los niveles prepandemia de 2019, y un 12,6% respecto a 2023.
· Este crecimiento en concursos de acreedores, unido a un entorno geopolítico cada vez más complejo e incierto, obligarán a las compañías españolas a extremar la prudencia y fortalecer su capacidad de resiliencia. El aumento de las insolvencias en el sector de los servicios de TI refleja un importante impulso respecto a los niveles prepandemia.
No obstante, también encara oportunidades como el equilibrio entre oferta y demanda, que está mostrando variaciones significativas según el tipo de materia prima, o la elevada concentración en la cadena de valor, que representa una ventaja competitiva, ya que las reservas mundiales de cereales son aceptables. Asimismo, también se presenta un menor riesgo de fenómenos climáticos como La Niña o El Niño.
En los últimos cinco años, las insolvencias empresariales han mostrado una evolución marcada por la volatilidad, con periodos de descenso seguidos de fuertes repuntes que reflejan la incertidumbre económica global. En este escenario, en España, el número de concursos de acreedores en empresas todavía se mantiene por encima de los niveles prepandemia en 2024, situándose un 29,4% por encima del observado en 2019.
La razón es que la mayor parte de medidas temporales de apoyo postpandemia han llegado a su fin, dejando un 2024 marcado por grandes aumentos en el cómputo anual de insolvencias respecto a 2023. No solo por la retirada de estos mecanismos de ayuda, sino también por otras cuestiones clave como el aumento de los costes operativos (energéticos y laborales), el endurecimiento de las condiciones financieras y la transformación en los patrones de consumo debido a las incertidumbres (mayor control del gasto). Esta combinación de costes crecientes y demanda debilitada ha creado una tormenta perfecta: los márgenes se han estrechado, limitando la capacidad de maniobra, y un número creciente de compañías ha tenido dificultades para sostener sus operaciones bajo estas condiciones.
De esta forma, el análisis anual también muestra un incremento en concursos de acreedores en empresas del 12,6% respecto a 2023, con 5.589 insolvencias empresariales. Un resultado que obliga a la cautela: el incremento global de insolvencias y un entorno geopolítico cada vez más complejo e incierto obligarán a las empresas españolas a extremar la prudencia y fortalecer su capacidad de resiliencia en los próximos meses.