Cuando se manejan grandes cantidades de vehículos cada acción o imprevisto tiene una consecuencia directa en los costos, en la productividad y, por ende, en la cuenta de resultados. No se pueden tomar decisiones a la ligera y es allí donde entra en juego la inteligencia artificial.
Se trata de un elemento cuyo uso puede traducirse en una mayor seguridad, eficiencia y un aumento de la proactividad, lo que sin duda se convertirá en un ahorro económico. Y es que la posibilidad de recolectar datos sobre el tiempo de uso de un vehículo, su consumo de combustible, la ruta, así como la conducta al volante, permite a la empresa diseñar acciones y estrategias que aseguren la toma de decisiones efectiva.
La inteligencia artificial ofrece la posibilidad de, basándose en datos y el monitoreo real de la flota, predecir diferentes escenarios que serán de gran ayuda para pasar de una toma de decisiones reactiva a una proactiva. Su aplicación se da en distintos aspectos: por un lado, la recopilación de información sobre el estado de los vehículos permite a los gestores de flota reducir los mantenimientos correctivos y convertir los preventivos en predictivos, adelantándose a los problemas que se puedan presentar en los activos en movilidad.
Por otro lado, la IA también permite optimizar las rutas que usa cada vehículo, logrando reducir el tiempo de traslado, eligiendo recorridos con menos tráfico, así como con menos kilómetros, lo que también se traduce en una reducción del consumo de combustible. En estos casos el uso de la tecnología no solo aporta a la empresa de gestión de flotas un beneficio productivo, sino también mejora su servicio.
La trazabilidad del comportamiento de las flotas permite anticiparse a las necesidades de los clientes, lo que se convierte en una ventaja competitiva para las empresas. Pero también conocer con anterioridad posibles fluctuaciones en su servicio, permitirá adaptar la flota a los valles y a los picos de demanda.
Además de lograr una toma de decisiones más efectiva, la recopilación de información en tiempo real y su análisis es una apuesta hacia la sostenibilidad, ya no solo reduciendo el consumo de los vehículos, sino también logrando una mejor conducta al volante. De acuerdo con datos del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), la conducción eficiente permite obtener una disminución media de carburante del 15% y de emisiones de CO2.
Se trata de factores que cada día tienen mayor relevancia y que las autoridades han comenzado a considerar también como esenciales. Este hecho ha quedado en evidencia en el texto de la nueva Ley de Movilidad Sostenible que se prevé sea aprobado en las próximas semanas.
La norma incluye la creación de un ente en el que empresas de transporte, gestores de infraestructura y administraciones compartan sus datos; poniendo en evidencia la importancia de la inteligencia artificial para la gestión de activos de movilidad. Aquellas empresas de gestión de flotas que ya cuenten con aplicaciones y soluciones telemáticas podrán, sin duda, adaptarse de forma más rápida a los desafíos que representa esta ley, así como a los retos que están por venir en el sector de la movilidad.