En este punto, cobran especial relevancia, por un lado, el aumento de la tensión en Oriente Próximo tras el reciente ataque de Irán contra Israel, que eleva las probabilidades de que se internacionalice el conflicto. De otro, los comicios presidenciales de EE. UU. el próximo mes de noviembre, por la posibilidad de que un cambio de gobierno provoque un volantazo en la política exterior norteamericana en asuntos de calado internacional, como la posición en la OTAN o en la guerra de Ucrania.
Panorama regional
En EE. UU., la economía batió expectativas de crecimiento en 2023, impulsada en buena medida por el consumo privado gracias al ahorro que aún queda de la pandemia y el endeudamiento. Factores que, en ausencia de una mejora de la renta disponible, moderarán su apoyo al gasto en 2024 y, por tanto, es previsible ver este año una contracción del consumo y un aumento del gasto público por ser año electoral. En el otro extremo, la inversión empresarial sigue siendo la gran rezagada de la economía estadounidense, lastrada por los elevados costes financieros y el estancamiento de pedidos industriales.
Con el índice general de precios (3,2%) y la inflación subyacente (3,8%) aún lejos de los objetivos de la Fed, desde Inversis apostamos por que la Reserva Federal no arrancará la bajada de tipos hasta verano y que no supere los tres recortes en 2024.
En la zona euro, con la economía estancada desde finales del año pasado, todo apunta en 2024 a una recuperación gradual del crecimiento económico a medida que aumente la renta real disponible, se registre un crecimiento de las exportaciones y que a medio plazo se relaje la política monetaria.
La inflación en el entorno del 2,6% y el recorte de previsiones de crecimiento en la eurozona meten presión al BCE para que inicie la senda de bajada de tipos incluso antes que la Fed; un escenario que podría producirse si el índice ex energía no ofrece lecturas persistentes por debajo del 3% y no se modera la inflación subyacente.
En cuanto a China, no hay escenario de recuperación inmediata. El tono económico continúa siendo débil en los primeros meses del año con una oferta más dinámica que la demanda, lo que exigirá nuevas medidas de estímulo. El sector inmobiliario seguirá lastrando la economía china durante 2024 y, por tanto, serán necesarias inversiones en otros sectores para compensar el efecto.
Estrategia en Renta fija
En renta fija mantenemos nuestra apuesta por la alta calidad a la espera del inicio de las bajadas de tipos y de que se confirme la ralentización de las economías, con más oportunidades en los tramos cortos de la curva.
En cuanto al crédito, la rentabilidad de los bonos IG continúa siendo atractiva a pesar de la contracción de las primas. Del mismo modo, la resiliencia de las economías invita a tomar posiciones en High Yield, con preferencia por compañías europeas y calidad crediticia.
Estrategia en Renta variable
La previsión de un aterrizaje suave de la economía, un menor riesgo de recesión, la bajada de tipos o la recuperación de beneficios están detrás de que las perspectivas a medio plazo de la renta variable sean favorables. Sin embargo, desde Inversis creemos que el potencial de mejora a partir de aquí es limitado y no se puede descartar una corrección en los mercados de renta variable en 2024.
Pensamos que el rally del primer trimestre, el mayor en cinco años, sitúa las valoraciones en territorio de sobrevaloración. Un escenario que nos anima a mantenernos infraponderados en acciones, con sesgo a corto plazo hacia las tecnológicas y atentos a los síntomas de agotamiento de los indicadores bursátiles.