De esta manera, el aceite de oliva formará parte de manera estructural de los bienes y servicios que aplican un IVA superreducido, del 4% en condiciones normales, en lugar de situarse en el grupo de bienes que aplica el IVA reducido, del 10% en condiciones normales. El Ejecutivo continúa, de este modo, con la vía descendente de la carga fiscal de este producto, ya que en 2023 acometió una rebaja del 10% al 5% ante la subida imparable de su precio. De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) procedentes del IPC, el aceite de oliva era en abril un 68,1% más caro que un año antes, y acumula un repunte del 204,8% desde enero de 2021, lo que significa que su coste se ha triplicado en los últimos tres años.