Según figura en las cuentas Iveco redujo su facturación casi un 20% en España tras ingresar 3.162 millones de euros. Este freno se produce en un año convulso en el mercado, donde la compañía ha desacelerado un 2,1% sus matriculaciones nacionales tras entregar 6.436 vehículos, a pesar de dar salida a 530 autobuses, un 11% más. Es en el mercado exterior, donde Iveco ha mermado realmente sus entregas tras vender 41.838 industriales, un 18,3% menos que un año atrás.
Pese a este escenario incierto, Iveco ha logrado exprimir su rentabilidad y dejar atrás la depreciación de su participación en Argentina que le supuso un agujero de 93,7 millones euros debido a la situación macroeconómica de finales y la devaluación de la moneda local respecto al euro. En contraste, el grupo informa que incluye en las adiciones una partida de 43 millones de euros correspondiente a una aportación en el capital de la filial argentina, mientras que ha revertido 74,2 millones de los fondos de deterioro de la misma.
Bajo este telón, la compañía anticipa en su informe de gestión que este año prevé una ligera caída en el resultado de explotación, que ha alcanzado los 70 millones en el último ejercicio, «debido al curso que van siguiendo los mercados». Precisamente esta dinámica ha llevado a la compañía a ajustar la producción y a poner en marcha varios ERTE para los trabajadores que emplea en sus centros de Madrid (3.112 personas) y Valladolid (1.092).