De este modo, el Ministerio de Trabajo ha reiniciado la apertura de una consulta pública sobre esta polémica ley, que pretende aprobar ahora por fases, iniciando el proceso con la aprobación de la citada reforma del registro horario, una modificación que estaba incluida en el proyecto de ley de reducción de la jornada que ha sido vetado en el Congreso con los votos de PP, Vox, Junts y UPN.
Tras la votación, que ha devuelto el proyecto de ley al Gobierno, fuentes del Ministerio de Trabajo han explicado que primero se abrirá la consulta pública, después se elevará al Consejo de Estado y por último será aprobado en Consejo de Ministros. La intención del Ministerio es hacer la reforma del registro por la vía reglamentaria a través de un decreto que no requiera la convalidación del Congreso ni tramitación parlamentaria alguna, ya que este registro tendrá rango reglamentario, de manera que no tendrá que someterse a votación en el Congreso y podrá sortear el rechazo de Junts. De este modo, Trabajo pondrá en marcha un endurecimiento del control horario, que pasará a ser exclusivamente digital y con mecanismos de identificación del trabajador. El objetivo es permitir a la Inspección de Trabajo un control total vía telemática de los registros horarios de las empresas para evitar el fraude en las horas extraordinarias y forzar a las empresas a reducir sus jornadas.
Sin embargo, esta nueva fórmula tendrá que dejar fuera el endurecimiento de sanciones que contemplaba el proyecto de ley derrotado en el Congreso, ya que para activar esos cambios, que es una modificación legislativa, sí están obligados a pasar por el Congreso.
La ministra de Trabajo cumple así sus amenazas hechas al saber que Junts tumbaría su medida estrella y activará los cambios de la ley del registro laboral que aprobó en 2019 y que obliga a toda empresa a recopilar cuántas horas hacen cada día sus empleados. Ahora, empresas y autónomos de cualquier tamaño y condición están obligados a trasladar la información horaria en formato digital y de forma inmediata, algo que microempresas y trabajadores por cuenta propia han advertido que en muchos casos puede ser inviable. La intención de Díaz es controlar en remoto y en tiempo real las jornadas de todos los trabajadores para evitar que se produzcan excesos de jornada y, por tanto, reducirla en la sombra.