El presidente de la CEOE, Garamendi, señaló este viernes su descontento con los “últimátums” en el marco de la reunión prevista para el lunes sobre la reducción de jornada, que el Gobierno ha definido como la última del diálogo social sobre este tema. Garamendi lamentó que las formas del Ejecutivo coloquen a la patronal en una posición en la que siente que debe “aceptar taza y media”. «Estoy defendiendo la negociación colectiva, que es la clave de la paz social», ha aseverado Garamendi desde Oviedo, donde ha asistido a la entrega de los Premios Princesa de Asturias. «Lo primero que planteo es que se cumplan los convenios, eso es lo mínimo que se puede pedir», ha reiterado el presidente de la patronal, que ha añadido que hay otro «mantra» en este tema, ya que se está diciendo «que a menos horas, más productividad».
«Depende en qué sectores, depende en qué inversión se haga, pero entenderéis que en el pequeño comercio, en las peluquerías, en el campo, en la hostelería, eso no es así», ha argumenta Garamendi, afirmando a continuación que la patronal trata, sobre todo, de «defender a los pequeños».
Por otra parte, Garamendi ha instado este viernes a perseguir la economía sumergida, que ronda el 25% en España cuando en el conjunto de la Unión Europea es del 13%. «Lo que hay que hacer especialmente es perseguir la economía sumergida», ha dicho en declaraciones a los medios con motivo de su asistencia a las audiencias de los Premios Princesa de Asturias que se celebran en el Hotel de la Reconquista.
Asimismo, ha incidido en que cuando se habla de la diferencia de presión fiscal de España con el resto de Europa, lo que se suele hacer es referirse a los impuestos por el número de españoles, en cuyo caso admite que la presión fiscal es menor. «Pero si sumamos los impuestos por el número de españoles que pagamos, la presión es muchísimo mayor». Así, remarca que la economía sumergida ronda el 13% en la UE y en España casi el 25% es economía sumergida. «De cada cuatro españoles, uno no paga, y eso sí que es a lo que hay que perseguir», sostiene, señalando el riesgo de ‘dumping’ para las pymes.