Después de una última conversación este lunes por la tarde entre Nogueras y Pérez Rey, ésta le ha confirmado al número dos de Díaz en el ministerio que no apoyarán la norma y que mantendrán presentada para votación su enmienda a la totalidad junto a la de PP y Vox.
Esta decisión se produce después de que Díaz no quisiese dar por perdida la medida este lunes por la mañana. En una entrevista en La Sexta, de hecho, insistía en que el partido de Puigdemont aún no había dicho directamente que no respaldaría su proyecto de ley, la que es su medida estrella de la legislatura. Insistía en que la negociación, con unas 48 horas por delante, seguía su curso. Sin embargo, desde Cataluña, el portavoz de Junts, Rius, durante una rueda de prensa casi paralela aseguraba que no se había producido ningún avance hasta el momento. De hecho, garantizaba que la posición era la misma a antes de las vacaciones. El temor de los neoconvergentes seguía siendo que las ayudas prometidas por Trabajo para compensar a las pymes los cambios no terminaran de llegar. Ello, añadido a peticiones no atendidas como mayor flexibilidad horaria o centrarse en cuestiones como el absentismo laboral.
«No ha cambiado nada», adelantaba Rius. Finalmente, Nogueras, ha puesto punto y final a las negociaciones asegurando a poco más de 24 horas que no hay margen para reconducir el asunto.
Horas antes de conocerse esa conclusión de las negociaciones, desde Sumar fuentes al tanto de las mismas aseguraban que no había un problema técnico con la ley, que se había llegado a un consenso general entra ambas formaciones, y que ahora el atasco era político. Estas fuentes incidían en que las conversaciones habían virado hacia otros temas como el catalán en la Unión Europea o la ejecución de la transferencia de las competencias de inmigración a la Generalitat. Que el todo bloqueaba una cuestión concreta que nada tenía que ver con la materia laboral.
Por otro lado, se indicaba que Junts estaba más preocupado en marcar posición de cara a la Diada del jueves, el día siguiente de la votación en el Congreso. «Puigdemont tiene que elegir entre votar con la derecha y la extrema derecha para meter más presión a Sánchez, o darle al Gobierno un balón de oxígeno». Algo que también beneficiaría de producirse a Salvador Illa. Con el presidente de la Generalitat se encontró la semana pasada Puigdemont en Bruselas. Las conversaciones sobre reducción de jornada, pese a todo, no le hicieron cambiar de idea.
A diferencia de lo que expresan desde Sumar, en Junts niegan cualquier avance. Además, vienen estando muy presionados por la patronal catalana, que repudia la norma al estar solo consensuada con los sindicatos. Especialmente, Foment del Treball vienen apretando a Puigdemont y los suyos para oponerse.
De cualquier forma, fuentes socialistas muestran su pesimismo ante el debate parlamentario de este miércoles, en el que se someterán a votación las enmiendas a la totalidad presentadas por las citadas formaciones. PP y Vox los dan por perdidos como es lógico, pero las esperanzas de que los de Carles Puigdemont permitan continuar con la tramitación se desvanecen.
En Ferraz, además, hacen hincapié en que este es un asunto liderado por el socio minoritario de la coalición –de hecho es la medida estrella de Díaz para esta legislatura– e intentan desvincularse en lo posible de una derrota parlamentaria en el inicio del nuevo curso político. Este lunes, la portavoz socialista Montse Mínguez decía en público que todavía queda tiempo hasta el miércoles, dejando la puerta abierta a un posible acuerdo de última hora, pero ya intentaba proteger al Ejecutivo ante una hipotética negativa de la Cámara Baja.
«Se intentará, en cualquier caso, si no sale adelante la votación no será una derrota del Gobierno sino que lo tendrán que explicar los partidos políticos que se oponen a esta medida que beneficia a millones de trabajadores», señaló.