El Ejecutivo espera recaudar 3.000 millones de euros en dos años con la tasa temporal. Las entidades ya han pagado el primer pago anticipado, por el 50% de lo que les corresponde, aunque en las cuentas ya se han apuntado el importe total del ejercicio. Los grupos financieros se ha mostrado contrarios desde el principio al tributo y ya lo ha recurrido en los tribunales, aunque se espera que la resolución se alargue en el tiempo. El impuesto consiste en aplicar un tipo del 4,8% sobre el margen de intereses y comisiones netas de las entidades por su negocio en España. Cabe matizar que en ese 5% de los beneficios que se comerá el nuevo gravamen (según el supervisor) se incluyen los beneficios no solo en España, sino a nivel global.
En este contexto, con los ingresos y beneficios al alza por el viento de cola de la nueva política monetaria, el organismo que preside Hernández de Cos ha vuelto a reclamar a los bancos que dediquen parte de esa mejora de los números a engordar las provisiones y mejorar la solvencia. Especialmente porque todavía solo ha aflorado la parte positiva derivada de las subidas de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE), como se ha visto en los márgenes de intereses disparados en el último trimestre. Pide cautela porque ahora deberán llegar las consecuencias menos halagüeñas. “Nos falta por ver algunos costes de esas subidas: es probable que se produzcan ajustes adicionales al alza del coste de financiación de los bancos y un deterioro de la calidad del riesgo de crédito”, ha incidido el gobernador.
Cambios regulatorios
Pero por otro lado también ha elogiado la capacidad de resistencia del sector ante las perturbaciones experimentadas en EE UU y Suiza. “Los bancos del área del euro y, en particular, los españoles presentan, en términos agregados, una alta capacidad de resistencia y posiciones de solvencia y de liquidez elevadas”, ha destacado Hernández de Cos. Una situación en la que el supervisor también ha sacado pecho: “Esto ha sido resultado de la reforma regulatoria acordada a escala internacional en la última década que, en el caso de la UE, se ha aplicado a todas las entidades bancarias, con independencia de su tamaño”, ha añadido. De esta forma, ha intentado diferenciar la situación del sector en el Viejo Continente con la de Estados Unidos, donde han sufrido diversas entidades medianas en los últimos meses.
Pese a ello, Europa ya analiza la situación y no descarta cambios regulatorios. “Es necesario analizar en profundidad los acontecimientos recientes desde una perspectiva regulatoria y supervisora”, ha insistido el gobernador. De hecho, ha recordado que la Reserva Federal de Estados Unidos ya ha publicado una evaluación de las razones que están detrás de lo sucedido al otro lado del Atlántico y considera que es importante que en la UE haya una mente abierta a las conclusiones de los análisis que están realizando: “Son los que habitualmente nos permiten afinar la normativa para que pueda adaptarse de forma continuada ante circunstancias cambiantes”, ha zanjado. Por otro lado, ha reiterado la importancia de que se impulse el fondo de garantía de depósitos europeo.
Reputación del sector
Sobre la resiliencia del sector financiero español a la crisis bancaria ha destacado igualmente la importancia del modelo de negocio, más enfocado en el segmento minorista. “Refuerza la capacidad de absorber perturbaciones adversas en las condiciones de financiación en los mercados mayoristas y ha permitido una evolución financiera favorable del sector en el período reciente, tanto en términos de repunte de la rentabilidad como de mejora de la calidad del balance”, ha subrayado Hernández de Cos.