Así, el operador de telecomunicaciones ha pasado de realizar unas 7.000 actividades de fidelización con sus titulares a 14.000 y ha multiplicado por cuatro sus comunicaciones a los mismos. La entidad ha realizado además 725 actividades orientadas a inversores institucionales, un 21% más que en 2021, y 11 ‘roadshows’, dos menos que el año anterior. No obstante, también ha pedido en la convocatoria de la junta que no se asista presencialmente, sino que se opte por vías telemáticas como medida de sostenibilidad. Además, la empresa ha anunciado que no entregará ningún obsequio a los asistentes.
En cuanto al orden del día, los accionistas deben refrendar los 0,30 euros de dividendo a cuenta del ejercicio, así como la amortización de 0,43% del capital, que supondrá reducir el capital de la sociedad en 24,77 millones de euros. Además, deberán reelegir a PricewaterhouseCoopers Auditores (PwC) como auditor de las cuentas del grupo para 2023, así como los puntos preceptivos de aprobación de las cuentas anuales, informe de gestión de 2022, la aplicación de resultados e informe de remuneraciones del pasado ejercicio. Asimismo, el consejo de administración ha solicitado la facultad de iniciar un régimen de autocartera durante los próximos cinco años.
El principal punto será el voto sobre la nueva política de remuneraciones de los consejeros, que mantiene los salarios fijos del presidente y el consejero de la entidad en 1,9 y 1,6 millones de euros. La principal novedad de esta política será la eliminación de la posibilidad de que el consejo pueda otorgar un bono discrecional a los consejeros ejecutivos.
El año pasado, tanto el presidente de Telefónica, Álvarez-Pallete, como el consejero delegado, Vilá, recibieron un bono equivalente a una anualidad del salario fijo, que despertó el rechazo de parte de los accionistas y convirtió a las remuneraciones en el punto que generó mayor rechazo a los titulares en la última junta, con un 43% de votos negativos.
Por lo demás, los consejeros mantendrán un sueldo de 120.000 euros más una dieta de 1.000 euros por reunión, excepto en el caso del presidente, que percibirá 240.000 euros, y los vicepresidentes, con 200.000 euros de remuneración cada uno. En el caso de Álvarez Pallete y Vilá, el 80% de su remuneración seguirá siendo variable y supondría pagos adicionales de 3,4 y 2,4 millones de euros, en caso de cumplir los objetivos a corto plazo, y de 3,84 millones de euros y 2,89 millones de euros, si se alcanzan las metas a largo plazo.
Esto deja los sueldos de los ejecutivos de la firma en 9,14 millones de euros en caso del presidente del operador y 6,89 millones de euros, en el del consejero delegado, en un escenario de cumplimiento completo de todos los objetivos contemplados en sus variables. Asimismo, podrían llegar a alcanzar un sueldo máximo de 10,14 millones de euros y 7,59 millones de euros, respectivamente, en caso de sobrepasar con holgura los objetivos fijados alcanzando un escenario de máximos.