Este dividendo de 0,45 euros brutos por acción con cargo a reservas libres, a abonar en enero de 2025, es un 12,5% superior que los 0,4 euros pagados -con un dividendo a cuenta de los resultados de 2023 de 0,025 euros brutos por acción y con otro dividendo de 0,375 euros brutos por acción con cargo a reservas libres- el pasado mes de enero, como primer pago a cuenta correspondiente a las cuentas del ejercicio 2023.
Además, el consejo propondrá a los accionistas el pago del dividendo complementario de 0,5 euros brutos por título, a abonar el próximo 8 de julio, con lo que situará así la remuneración total de este año con cargo a los resultados del ejercicio pasado en los 0,9 euros por acción, lo que supone un incremento de aproximadamente un 30% del dividendo en efectivo, repartiendo 1.095 millones de euros.
El pasado 22 de febrero, la energética dirigida por Imaz actualizó su ‘hoja de ruta’ para el periodo 2024-2027, con un compromiso de incrementar un 3% anual esta cantidad total, hasta 1.197 millones de euros en 2027. Repsol estima en su plan el pago de un dividendo para cada ejercicio, dependiendo de dos escenarios en función de los precios del Brent y del gas natural, así como del margen de refino, de 0,99 euros, 1,11 euros y 1,26 euros, en el mejor de ellos, y de 0,95 euros, 1 euro y 1,06 euros, al final de 2027, en el más pesimista.
Por otro lado, además de la aprobación de una reducción de capital social mediante la amortización de 40 millones de acciones propias, se votará también la delegación en el consejo de administración de la facultad de ejecutar total o parcialmente y en las ocasiones que juzgue más convenientes, o no ejecutar, una segunda reducción de capital social mediante la amortización de hasta un máximo de 121,739 millones de acciones propias, equivalente al 10% del capital social de la compañía.
Asimismo, la empresa presidida por Antonio Brufau someterá también a sus accionistas la votación consultiva sobre la estrategia de transición energética de la compañía. Esta será la segunda vez, tras la junta de 2022, en la que el grupo somete esta estrategia al voto consultivo de los accionistas, en lo que representa un avance más en el diálogo continuo con sus inversores y en su objetivo de convertirse en una compañía cero emisiones netas en 2050. La compañía también llevará a votación consultiva las cuentas del ejercicio 2023, así como el informe anual sobre remuneraciones de los consejeros de Repsol correspondiente al año pasado.