Sumar insiste en que ya tiene negociado el ‘sí’ de Junts al proyecto de ley de reducción de jornada laboral, que la próxima semana debe ser calificado por la Mesa del Congreso de los Diputados para después elevarlo al pleno, donde se someterá al debate de totalidad. Mientras, Junts insiste en su rechazo «absoluto» y el PSOE avisa a su socio de que los independentistas «no van de farol».
Sumar da por hecho que sacará adelante ese paso y podrá comenzar la tramitación parlamentaria de la reducción de jornada laboral a 37,5 horas semanales frente a las 40 actuales, una votación que depende de Junts. La vicepresidenta segunda insiste en que «hay margen absoluto» para la negociación y se mostró esta semana optimista. Todavía no se han determinado los tiempos de tramitación.
Sin embargo, Junts ya advirtió que registrará una enmienda a la totalidad de la norma. Desde Sumar ven este hecho como «una herramienta para negociar» y aseguran que la clave está en negociar «ahora», «in extremis» con los de Puigdemont para que la retiren porque, de lo contrario, el proyecto podría decaer si PP y Vox se suman a Junts.
Así, el próximo martes, la Mesa del Congreso admitirá el texto remitido por el Ejecutivo y a continuación, «la clave» será superar el debate a la totalidad. Al no haber plazos máximos, tampoco se sabe por el momento cuándo se celebrará ese Pleno, pero insisten en que Junts «no hace paripé» y alertan a Díaz sobre los flecos de la negociación.
Fuentes gubernamentales aseguraron que la negociación sobre esta norma es «íntegra» de Díaz, pese a que el resto de ministros «siempre están» y «ayudan si así lo requiere». Pero el ‘ala socialista’ del Gobierno se alarmó tras escuchar a Díaz en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del pasado martes señalar que Junts utilizaba la «enmienda de devolución» como «una herramienta más de negociación». Así, en privado señalaron que la formación de Puigdemont «no va de farol» e insisten en que cuando consideran la norma «inviable» es que «habrá que dialogar más». «No es ninguna broma», señalaron.
Lo que pide Junts, de hecho, es que el texto vuelva a la mesa de negociación de los agentes sociales, para iniciar su andadura de cero, y desde Sumar admiten que «hay margen absoluto» para la negociación. Sin embargo, los socialistas admiten que, «en estos momentos, está muy difícil» la negociación.
Una vez calificado el proyecto por la Mesa, se abrirá un plazo para la presentación de enmiendas de totalidad, que en principio no debería demorarse, para después debatir en el Pleno si la iniciativa prosigue su tramitación parlamentaria o es devuelta al Gobierno. Hay, por tanto, capacidad de negociación antes de ese debate de totalidad y, si el proyecto prosigue en la Cámara, será el momento después de negociar las enmiendas parciales.