Así, a través del comunicado se ha sabido que el pasado viernes 18 de octubre el Gabinete de Pedro Sánchez habría contactado con el de Ayuso, para convocar a la presidenta a una reunión bilateral el próximo viernes 25. Pero la madrileña que obviaba su presencia en La Moncloa entre otras cosas porque no iba a ser una reunión leal para el Estado de Derecho, la unidad de España y la solidaridad entre regiones».
Inmediatamente los chicos de Sánchez han sacado los cañones y han enviado a TVE al mismísimo ministro de la cosa digital que rápidamente ha manifestado que Ayuso «es la representante en España de esa ola ultra que está invadiendo Europa, y el mundo entero». Es más, en opinión del minístrillo el rechazo de la presidenta regional a verse con Sánchez es «gravísimo» ya que «todos sabemos que Isabel Díaz Ayuso representa la peor política» y «ha decido hacer del choque, del fango, su política constante». «Esa forma de hacer política, siempre enfangando, del choque, esa es la peor política posible; la más alejada de los ciudadanos».
Pero los ataques no han quedado ahi. López ha añadido que «es la única presidenta que no es capaz de mantener un mínimo respeto institucional y un mínimo respeto a sí misma» ya que «tiene la obligación de acudir cuando le llama el presidente del Gobierno».
Respecto a la afirmación que hizo López el pasado fin de semana en la que dijo que «la corrupción tiene nombres y apellidos, Isabel Díaz Ayuso», el ministro ha asegurado que la presidenta «ha acabado poniendo los cañones contra el Fiscal General del Estado cuando todos sabemos» que la pareja de Ayuso «ha reconocido un delito» Además, el miembro del Gobierno ha expresado a renglón seguido que «todos sabemos que relación tiene todo eso con el piso que ocupa y en el que vive la presidenta de la Comunidad de Madrid», por lo que «tiene muchas explicaciones que dar». «La señora Ayuso no está para dar lecciones de corrupción, por favor».
A continuación han desfilado por micros y cámaras, Puente, Diaz, Bolaños y un largo etc. de personajes que deben el cargo y sus garbanzos y los de la familia a Sánchez. Y es que, según dicen el presidente no la difamó, «solo recordó los delitos fiscales cometidos por su pareja»
La pregunta que debemos hacernos los madrileños es a qué viene todo esto. Es evidente que para él sanchismo Madrid es objeto de un odio irrefrenable del que nos podemos empezar a preocupar porque de los ataques a la presidenta se pasa a los ataques a la ciudadanía y a la merma de nuestros derechos a ser iguales, por ejemplo a los catalanes, cosa que por lo que se está viendo es ya una realidad cuantificable en euros.
En este contexto los secuaces de Sánchez son capaces de cualquier cosa con tal de darle una alegría al traumatizado ocupante de la Moncloa, que ya incluso no quiere asistir a ninguna de las Cámaras para que nadie le pregunte y él no pueda responder, o se le ponga esa cara de sonrisa sardónica y responda cosas absurdas como que el cielo es azul y las olas del mar hacen plas, plas.
Nadie sabe cómo acabará esta historia pero la posición de Sánchez parece cada vez más difícil, porque a su castillo cada vez llega mas lodo del de verdad y eso, llegará un momento, que será imposible de defender.