Las cosas no siempre salen como uno quiere y eso cuando se esta en el gobierno suele ser, casi casi una constante. Si en esta ocasión le sumamos las circunstancias de como es el propio presidente, con quien se alía y cómo actúan sus aliados la gestión misma del gobierno se vuelve compleja y de constante pulso para ver quien manda mas y quien comulga con sus votantes.
Bajo esos parámetros no es de extrañar que ese pulso constante entre socialistas y podemitas en el Consejo de Ministros este en uno de sus peores momentos. Hoy mismo tendría que haberse firmado la paz en torno a la ley del si es si, pero el acuerdo no ha llegado, en este su primer plazo límite marcado por el presidente. Y claro Sánchez ha dado otra oportunidad a Montero, pero será la última. Es decir, el grupo parlamentario socialista ha renunciado a presentar la reforma de la ley del solo sí es sí en el registro del Congreso este viernes (cerraba a las dos de la tarde), como pretendía inicialmente, para agotar las vías de negociación.
Socialistas y morados seguirán negociando durante el fin de semana y hasta, como mucho, el martes por la mañana. De ahí no pasarán, advierten los primeros.
En el caso de llegar a la hora límite, el grupo socialista presentará en solitario la proposición de ley que servirá para enmendar la ley estrella del Ministerio de Igualdad.
Las razones de este pulso están en que en esta ocasión el PSOE cuenta con los votos garantizados. Siempre los ha tenido, y ésa es la baza que ha jugado Sánchez para forzar a Montero a un acuerdo. No en vano, desde el primer momento en que el Gobierno oficializó su decisión de reformar el texto, Núñez Feijóo le ofreció los votos de los 88 diputados del PP para sacarla adelante y no necesitar a Unidas Podemos.
La ministra de Igualdad insistió este viernes en una entrevista en RNE en que detrás de todo existe una «ofensiva política, judicial y mediática» contra una ley bien hecha, a su juicio. Montero confió en resolver la que calificó como «una discrepancia fuerte». «Estamos negociando, tenemos que alcanzar un acuerdo»,
Así que las espadas están en alto y nadie sabe lo que pude pasar