De este modo, después de meses de lecturas «mediocres», la demanda de la Organizacion para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se revisó al alza para mayo y junio, mientras que el consumo general volvió a crecer entre abril y junio, después de dos trimestres de contracción.
Asimismo, la demanda de petróleo procedente de China también fue más fuerte de lo esperado, alcanzando nuevos máximos a pesar de las persistentes preocupaciones sobre la salud de la recuperación de la economía.
Para el conjunto del año, la AIE prevé que la demanda mundial de petróleo registre una expansión de 2,2 mb/d, hasta alcanzar los 102,2 mb/d, su nivel anual más alto de toda la serie histórica, que superará en 2024, aunque la agencia anticipa una sensible desaceleración del crecimiento del consumo de crudo, hasta 1 mb/d a medida que la transición energética se acelera.
Desde el lado de la oferta, el suministro mundial de petróleo se desplomó en 910.000 barriles diarios durante el mes de julio, hasta un promedio de 100,9 mb/d, como consecuencia del recorte de producción de Arabia Saudí, que limitó la producción del bloque OPEP+ a 50,7 mb/d, mientras que los volúmenes fuera del cartel aumentaron en 310.000 barriles al día, hasta 50,2 mb/d.
Se prevé que la producción mundial de petróleo aumente en 1,5 mb/d en 2023, hasta un récord de 101,5 mb/d, con EE. UU. acaparando el 80% del aumento de producción previsto, con 1,2 mb/d. En el caso de Rusia, la AIE señala que las exportaciones de petróleo rusas se mantuvieron estables en unos 7,3 mb/d en julio, ya que la disminución de 200.000 barriles diarios en las cargas de petróleo crudo se vio compensada por mayores flujos de productos.
«Las exportaciones de crudo a China e India disminuyeron mes a mes, pero representaron el 80% de los envíos rusos», destaca la agencia, que calcula que los ingresos de exportación sumaron 15.300 millones de dólares (13.910 millones de euros), aún por debajo de los niveles del año pasado en 4.100 millones de dólares (3.727 millones de euros).