En este sentido, destacan que la unión bancaria, «piedra angular de la nueva arquitectura financiera europea», ha resistido las turbulencias provocadas por las graves crisis económicas y las turbulencias geopolíticas recientes que han puesto a prueba la solidez del sector bancario europeo, pero lamentan que «sigue incompleta» y la urgencia por completarla es cada vez menor. «Una unión bancaria incompleta significa que los ciudadanos, las empresas y los bancos no pueden cosechar todos los beneficios de un mercado grande e integrado de servicios financieros», apuntan.
De este modo, recuerdan que la seguridad financiera fue el objetivo general de las respuestas políticas a la crisis de deuda soberana, y para preservarla en el largo plazo la unión bancaria aún debe lograr integración, eficiencia y competitividad.
Para lograrlo, Campa y Gramegna consideran necesaria una mayor convergencia entre las distintas partes interesadas en los diferentes pilares de la unión bancaria, añadiendo que reforzar la red de seguridad y garantizar la igualdad de protección para todos los depositantes en toda la unión bancaria «sigue siendo un objetivo indispensable».
«Una unión bancaria incompleta es causa de la fragmentación, lo que resulta en ineficiencias en la asignación de recursos», advierten, añadiendo que al operar en un mercado que no está completamente integrado, los bancos europeos realizan la mayoría de sus operaciones con contrapartes nacionales y, por lo tanto, pierden oportunidades de expandir sus negocios a través de las fronteras.
Asimismo, en un sistema tan fragmentado, los bancos europeos sufren de una capacidad de crecimiento limitada y continúan luchando en la competencia global con sus pares establecidos en otras jurisdicciones.
«La arquitectura actual, aunque incompleta, ofrece algunas formas de minimizar las ineficiencias y los riesgos que surgen de una unión bancaria incompleta», apuntan a la hora de señalar la disposición de EBA y MEDE para reforzar aún más la prevención y preparación para las crisis y allanar así el camino para el siguiente paso.
«Al mejorar nuestra capacidad para detectar riesgos, responder con prontitud a las crisis y ayudar a evitar que se desarrollen, minimizamos los costes de una unión bancaria incompleta», añaden.