Tanto el empleo, el consumo, la actividad de la industria y de los servicios así como el sector exterior están arrojando buenas cifras. Solo existe un gran pero: la inflación, que en febrero siguió reflejando tensiones importantes en los precios. A pesar de ello, la conclusión del análisis de coyuntura es que la economía española continúa resistiendo mejor de lo esperado al complejo panorama económico en el que nos encontramos.
El empleo vuelve a sorprender positivamente
Los datos de febrero de afiliación a la Seguridad Social evidencian que el mercado laboral ha arrancado el año con gran dinamismo. La afiliación media aumentó en febrero en 88.918 personas, por encima de lo habitual en un mes de febrero (+71.000 de media en el periodo 2014-2019). Se trata del mejor resultado en un mes de febrero en ocho años. Corrigiendo la estacionalidad, se registra un crecimiento mensual de 81.808 personas, el mayor avance desde abril del año pasado. Por su parte, se siguen notando los efectos de la reforma laboral sobre la evolución de la tasa de temporalidad, que cayó hasta el 14,2% (27,2% en diciembre de 2021).
España: afiliados a la Seguridad Social
Los indicadores de actividad arrancan el año con buen pie
El PMI del sector manufacturero volvió a territorio expansivo en febrero al situarse por encima de los 50 puntos por primera vez desde junio de 2022, y alcanzó los 50,7 puntos (48,4 en enero). Asimismo, el indicador homólogo del sector servicios avanzó 4 puntos, hasta los 56,7 puntos, por lo que se emplaza firmemente en zona expansiva. Por el lado del consumo, el monitor de consumo de CaixaBank Research muestra que la actividad de tarjetas españolas habría moderado su ritmo de avance en febrero, con una tasa interanual del 7% frente al 10% observado en enero, si bien son crecimientos superiores a los registrados en el 4T 2022 (6%).
El sector exterior sigue trayendo buenas noticias
La balanza por cuenta corriente cerró 2022 con un superávit del 0,9% del PIB, apenas 1 décima por debajo del registro de 2021. Este dato tan positivo se alcanzó a pesar de que el déficit comercial de bienes energéticos se situó en el 4,3%, 2,2 p. p. más que en 2021, arrastrado por el fuerte incremento de los precios de gas y crudo a lo largo del año. Por su parte, la balanza comercial de bienes no energéticos también cerró con déficit (–0,9%), aunque en los últimos meses del año registró un superávit gracias a la recuperación de las exportaciones en términos reales y a la contención de las importaciones. Por el lado de los servicios, la balanza de servicios no turísticos alcanzó un superávit del 3,1% del PIB (1,6% en 2021), el máximo de la serie histórica. Finalmente, la balanza de servicios turísticos registró un superávit del 3,7% del PIB, recuperando así las cotas de 2019. Esta cifra se alcanzó gracias al menor gasto de los españoles en el extranjero (1,4% del PIB en 2022 vs. 2,0% en 2019), que compensó el hecho de que los ingresos generados por los turistas internacionales en España aún se situaran por debajo del nivel pre-COVID (5,3% del PIB en 2022 vs. 5,7% en 2019).
España: balanza de pagos por cuenta corriente
Sin embargo, los datos más recientes de llegadas de turistas internacionales confirman que la actividad turística el pasado año fue de menos a más y que ha comenzado el ejercicio 2023 con un gran dinamismo. El número de turistas internacionales que visitaron España alcanzó los 4,1 millones en enero, lo que supone una cifra apenas un 1,2% por debajo de la de enero de 2019 y un avance interanual del 66,8%. Por países, destaca la llegada de turistas de la UE, que registra el máximo histórico para un mes de enero, con 2,7 millones de turistas, un 9,1% más que en enero de 2019. También el número de llegadas de turistas americanos mantiene una dinámica muy positiva y alcanza un nivel un 6,0% superior al de enero de 2019. Por el contrario, el turismo británico continúa relativamente débil, con una cifra de llegadas un 8,1% inferior a la del mismo mes de 2019.
La escalada de la inflación continuó en febrero
Según el indicador adelantado del IPC, la inflación general aumentó en febrero por segundo mes consecutivo, colocándose en el 6,1%, 2 décimas por encima del mes anterior. Por su parte, la inflación subyacente (que excluye energía y alimentos no elaborados) volvió a subir, hasta el 7,7%, también 2 décimas por encima del mes de enero, aunque la variación mensual arrojó un crecimiento muy elevado para un mes de febrero (+0,7% en febrero 2023 vs. +0,0% promedio en los febreros 2017-2019), dando una señal de que las tensiones sobre los precios se mantienen considerablemente elevadas. A falta del desglose por componentes, el INE apuntó que los principales impulsores de la inflación fueron el incremento de los precios de la electricidad, aunque muy probablemente continuaron registrando una abultada caída en términos interanuales (–40,8% en enero), y una nueva alza de los precios de alimentos y bebidas (+14,6% en enero); mientras que la moderación del precio de los carburantes contribuyó a contener el avance del IPC.
El precio de la vivienda cerró 2022 al alza, aunque sigue moderando su ritmo de crecimiento
El precio de la vivienda creció un 0,5% intertrimestral en el último trimestre del año pasado, superando así el estancamiento del 3T (+0,0%). Con esta cifra, la tasa interanual cerró el año en el 3,3%, si bien con un perfil de moderación a lo largo del año (en el 1T se situó en el 6,7%). En cuanto a la demanda de vivienda, las señales de enfriamiento son cada vez más patentes. En diciembre, se registró el primer descenso interanual en el número de compraventas según el INE (–10,2%). No obstante, en el conjunto de 2022 se registraron cerca de 650.000 compraventas (+14,7%), la cifra más alta desde el año 2007. De este modo, la actividad en el mercado inmobiliario cierra un año de fuerte crecimiento, pero que en los últimos meses ha empezado a mostrar señales de ralentización.