El presidente de la asociación empresarial, Andrés Sendagorta, llama a la prudencia respecto a este anuncio -del que asegura no conocer los detalles- pero rechaza que tenga que estar ligada a una bajada de productividad y en consecuencia, que vaya a mermar la competitividad de las empresas que las implementen. “No. Habría que ver. Ni sí, ni no. Porque hay gente que puede hacer su trabajo en menos tiempo de una manera determinada y otros de otra» ha respondido el presidente del IEF tras ser preguntado por la posible reducción de la productividad de la empresa por recortar la jornada laboral. «Gracias a Dios hay cosas que no son todo matemáticas y este es un caso, en el que habrá que ver si esto es una buena alternativa, si las jornadas de una determinada extensión son positivas o no, pero eso habrá que verlo caso por caso» ha sostenido al cierre del encuentro empresarial.
«Hemos hablado de conciliación y a mí me parece que es fundamental conseguir un equilibrio entre la vida familiar y la empresarial. También tenemos que mantener la competitividad, hay que mantener varios platillos en el aire a la vez» ironizaba Sendagorta.
«Dentro de eso, quién nos va a decir a nosotros, que somos empresas familiares, si nosotros no cuidamos el tema de la conciliación quién lo va a hacer». No obstante, el presidente del Instituto de la Empresa Familiar ha resaltado que la clave es proteger la competitividad, puesto que sino, «no tendremos nada más que conciliar». Esta además ha asegurado que no es una labor que compete de forma exclusiva a los empresarios, por lo que ha demandado que el Gobierno vele por ella a la hora de establecer nuevas reglas fiscales a las que sus competidores internacionales no deben hacer frente.
Sendagorta ha reconocido no conocer la letra pequeña del texto firmado por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en el Museo Reina Sofía en el que se han comprometido a fijar un tipo del 15% en el impuesto sobre Sociedades que gravará el resultado contable de las grandes empresas con el que esperan recaudar 10.000 millones, por lo que no ha realizado comentarios al efecto más allá de incidir en que la prioridad colectiva debe centrarse en fomentar la competitividad de las empresas españolas. «He estado casi literalmente sumergido estos días», se ha disculpado.