En la actualización del cuadro de previsiones, la Fed se mostró menos optimista sobre el futuro cercano dado el contexto actual en el que la elevada incertidumbre introducida por los cambios en las políticas económicas de la Casa Blanca nubla la capacidad de predecir la dirección que tomará la economía. Así, la Fed recalibró su escenario hacia uno de mayor inflación y menor crecimiento, pero mantuvo la expectativa de dos recortes de tipos de interés en 2025.
Como esperábamos, y en una decisión ampliamente descontada por los mercados financieros, la Reserva Federal mantuvo el tipo fed funds en el intervalo de 4,25%-4,50%.También anunció que, a partir de abril, bajará la velocidad a la que reduce su balance, dejando vencer treasuries a razón de 5.000 millones de dólares frente a los 25.000 millones de dólares previos, y se mantendrá el ritmo de reducción de mortgage-backed securities (valores respaldados por hipotecas) en 35.000 millones de dólares. Lo más relevante de la reunión de marzo fue la actualización del cuadro de previsiones macroeconómicas. La Fed recalibró su escenario hacia uno de mayor inflación y menor crecimiento, citando a los aranceles y a la elevada incertidumbre como los factores detrás de la revisión.
Pese a este cambio de escenario, el dot plot mostró que el participante mediano del FOMC continúa proyectando dos recortes de tipos de interés en 2025, y otros dos en 2026. Powell explicó que esto se debió en parte a que el escenario base que maneja la Fed es que los aranceles provocarán un incremento único en el nivel de precios y que, dado ese carácter temporal, esto no tendría por qué forzar a la Fed a alterar los tipos de interés. Eso dependerá, no obstante, de cómo los aranceles se transmitan a las variables económicas y cómo respondan las expectativas de inflación. La incertidumbre del contexto actual, afirmó, es demasiado elevada. Y en parte, esa elevada incertidumbre llevó a los miembros del FOMC a dejar sin cambios sus expectativas «por inercia».No obstante, notamos una postura menos acomodaticia en los participantes del FOMC.
En las proyecciones de diciembre, cuatro miembros esperaban menos de dos recortes, y ahora, en marzo, fueron ocho de ellos. De hecho, cuatro no ven siquiera un recorte en 2025. Esta mayor dispersión en el dot plot es de por sí un reflejo de la incertidumbre con la que la Fed debe lidiar.
Entorno macroeconómico
La valoración global del contexto actual se mantuvo positiva, destacando que la economía «sigue expandiéndose a un ritmo sólido», las condiciones del mercado laboral son «sólidas» y la inflación «se mantiene algo elevada». Pero la Fed se mostró menos optimista sobre el futuro cercano dado el contexto actual en el que la elevada incertidumbre introducida por los cambios en las políticas económicas de la Casa Blanca nubla la capacidad de predecir la dirección que tomará la economía. El tono de Powell en la rueda de prensa fue más cauto y las palabras aranceles e incertidumbre las más usadas para describir y explicar los cambios en el nuevo escenario de la Fed. La previsión de crecimiento económico para el 4T 2025 se rebajó 4 décimas hasta el 1,7%, citando los nuevos aranceles y una caída notable en la confianza de los hogares y las empresas que podría impactar las decisiones de consumo e inversión. Remarcó que todavía no cuenta con datos en cómo esta moderación de los indicadores soft se traducen en datos de economía real –y el resultado final podría alterar la valoración del escenario–.
La previsión de inflación se revisó al alza (en gran parte por mayores aranceles) en 2 décimas para la general y en 3 para la núcleo, hasta el 2,7% y el 2,8%, respectivamente. Así, la Fed anticipa que el progreso de la inflación hacia el 2% se retrasará hasta el año que viene, y no será hasta 2027 cuando alcance el objetivo. Valoró positivamente que las expectativas de inflación a largo plazo se han mantenido ancladas, aunque siguen de cerca el repunte de las de corto plazo.
En cuanto al mercado laboral, el FOMC apenas hizo cambios a su previsión de tasa de paro. Consideran que el mercado de trabajo se encuentra en equilibrio y las condiciones son sólidas. Un riesgo que sí destacaron es el bajo nivel de la tasa de contratación, lo que implicaría que, de aumentar repentinamente los despidos (actualmente en mínimos), se traduciría rápidamente en un aumento de la tasa de paro. No obstante, no parecen demasiado preocupados por tal riesgo en este momento.
Política monetaria
La decisión de mantener los tipos de interés sin cambios fue unánime. De cara a las próximas reuniones, Powell remarcó que se necesita más claridad sobre el efecto neto del cambio de las políticas de la nueva Administración de la Casa Blanca en cuatro ejes (comercial, fiscal, migración y regulación) antes de tomar decisiones de política monetaria. La dispersión en las proyecciones del dot plot anticipan que los miembros del FOMC actuarán con cautela. Consideran que, dado el buen estado actual de la economía, los costes de mantener una pausa son bajos y, por tanto, no sienten prisa para ajustar la política monetaria.
En cuanto al cambio en la velocidad de la reducción al balance (que tuvo un voto en contra, del gobernador Waller), el FOMC destacó que este cambio no implica ajustes en dirección de la política monetaria. De hecho, es la segunda vez que bajan la velocidad: la primera fue en junio de 2024, cuando redujeron el cap de vencimiento de los treasuries de 60.000 millones de dólares a 25.000 millones. Consideran que la decisión es consistente con los planes originales de QT.Los niveles de reservas se mantienen todavía ampliamente abundantes, pero la Fed quiere bajar la velocidad de reducción del balance a medida que se acerca al nivel de llegada para evitar tensiones en los mercados monetarios. Esto implica que el plan de QT tomará más tiempo de lo inicialmente estimado, aunque no se precisó el horizonte temporal.
Reacción de los mercados
La decisión de la Fed no tomó por sorpresa a los mercados, que ya anticipaban que los tipos no se moverían, pero han valorado que la Fed actuará más por un cambio en crecimiento que por inflación. Así, la probabilidad descontada de tres bajadas de tipos en 2025 aumentó casi 30 p. p. hasta el 65%, lo que impulsó caídas de hasta 8 p. b. en los tipos de los treasuries y un debilitamiento del dólar. Esta caída en los treasuries impulsó a la renta variable (S&P 500 en +1%), pese a unas empeoradas perspectivas de crecimiento.