Con esta son ya cuatro las veces que el banco central de EE UU no toca las tasas, una situación que no se veía desde principios de 2022. En aquel momento la situación era muy distinta. Los precios enviaban señales de alarma, pero la Fed se resistía a poner fin a la era del dinero barato. Ahora los funcionarios se muestran reticentes a levantar el pie del acelerador.
El comité considera que los riesgos para la consecución de sus objetivos de empleo e inflación se están equilibrando. “Las perspectivas económicas son inciertas y hay que estar atentos a los riesgos de inflación”, reiteró la institución en el comunicado. Aunque los funcionarios consideran que no es apropiado aflojar la cuerda, por primera vez en dos años han abandonado la retórica de que era posible un aumento de las tasas. En su lugar, han optado por una postura más imparcial. Por si había alguna duda, el comité remarcó que no esperan efectuar rebajas de tipos hasta alcanzar el objetivo del 2%.
La Fed está luchando para lograr algo que solo ha conseguido una vez en sus más de 100 años de historia: bajar la inflación sin que se produzca una recesión. Es decir, el denominado aterrizaje suave, un escenario cada vez más probable. La mejor prueba de ello es que la economía de EE UU creció un 0,8% en el cuarto trimestre, mientras la inflación cerró en el 3,4%, frente al 7% de 2021 y el 6,7% de 2022. La tarea no es sencilla en un año marcado por las elecciones presidenciales y la división política que vive el país. Según la información recogida por Bloomberg, varios legisladores del partido demócrata han escrito al presidente de la Fed, Powell, para que bajara las tasas.
Junto al precio del dinero, el banco central reiteró su intención de seguir reduciendo el balance a un ritmo de 95.000 millones de dólares al mes. La resistencia que muestra la economía y el mercado laboral estadounidense, cuya tasa de paro continúa por debajo del 4%, crean las condiciones propicias para que la Fed mantenga una política monetaria restrictiva.
En su comparecencia ante la prensa, el presidente de la Fed se mostró algo más moderado. Aunque considera que están preparados para mantener los tipos altos el tiempo que sea necesario, cree que las tasas han tocado techo. “La inflación más baja es bienvenida, pero se necesitan más evidencias”, subrayó. Powell no ve la robustez económica como un problema y pese a que son ya seis meses en los que el proceso desinflacionista ha seguido su curso, cree que son necesarios más progresos. Las tensiones geopolíticas son vistas como una amenaza y aunque los precios de la energía han resistido el devenir de los acontecimientos en el Mar Rojo, los funcionarios aún tienen en mente los estragos causados por las cadenas de suministro en la pandemia.
Powell afirmó que en la primera reunión de 2024 no habían discutido la propuesta de bajar los tipos. Con estas palabras, el responsable de la Fed intenta alejar las expectativas de un recorte en marzo. No obstante, concedió que una debilidad inesperada podría acelerar el proceso. En las últimas semanas, las declaraciones efectuadas por los miembros de la Fed en las que instaban a la prudencia han ayudado a rebajar las expectativas de flexibilización monetaria. Tras la cita de este mes, las probabilidades de una rebaja en marzo caen al 59%. Con más del 100%, junio sigue siendo la opción que gana más fuerza.
La resistencia mostrada por la Fed se tradujo en nuevas caídas para la Bolsa. El índice Dow Jones cedió 0,83%, el tecnológico Nasdaq 2,23% y el S&P 500 1,61% en la campana de cierre.