Para Ebury, “esto puede explicar la reacción del dólar estadounidense, que repuntó frente a sus principales pares tras un impulso inicial de caída”.En opinión de Díaz-Álvarez, director de Riesgos de Ebury, las declaraciones del presidente de la FED, Powell, en Jackson Hole “parecieron bastante heterogéneas, aunque en cualquier caso sonaron ligeramente más agresivas de lo que esperábamos”.
Powell reconoció que se habían realizado progresos en materia de inflación y afirmó que el banco «procedería con cautela» a la hora de decidir si mantiene estable el tipo de interés oficial en la próxima reunión del FOMC en septiembre. Sin embargo, reafirmó el compromiso de la Reserva Federal con el objetivo de inflación en el 2%, indicando al mismo tiempo categóricamente que el banco está preparado para subir los tipos de nuevo si los próximos datos justifican un endurecimiento adicional.
Respecto de la extraordinaria subida de los tipos de interés en Turquía, decretada la semana pasada por su Banco Central (incremento de 750 puntos básicos, muy superior a los 250 previstos por el consenso), Díaz-Álvarez confía en que sea “un presagio de una mayor normalización de las políticas económicas del país”, al tiempo que espera nuevas subidas en el futuro. “No obstante, dada la larga serie de retos adicionales que afronta Turquía, en particular la fuerte dependencia del país de la financiación exterior, la inflación desorbitada y la insuficiencia de las reservas de divisas, creemos que es inevitable que la lira siga perdiendo valor”.
La subida del pasado jueves es la más pronunciada desde 2018, y ha llevado el tipo repo a una semana al 25%. “Este nivel parece más apropiado ante la altísima inflación del país, que recientemente saltó a un 47,8%, por encima de lo esperado”, explica el director de Riesgos de Ebury, quien añade que “el aumento masivo de los tipos es una señal clara de que el banco central no teme actuar y está dispuesto a hacer lo necesario para que la economía vuelva a una situación más equilibrada”.
Los mercados aplaudieron la decisión del Banco Central de Turquía, disparando la lira turca alrededor de un 5% frente al dólar el jueves, antes de perder la mitad de sus ganancias al día siguiente.