Hasta hace dos días, se hablaba de un banco central estadounidense que ya había llegado al final de su ciclo de alzas de tipos y de un BCE al que aún le quedaba camino por recorrer. Ahora, en cambio, se anticipan más subidas por parte de la Fed incluso ya en su reunión de junio (13 y 14), mientras que se justifica un comportamiento más débil del euro por la ralentización prevista de alzas de tipos del BCE.
Las últimas declaraciones de miembros de la Fed son sorprendentemente ‘halcones’, y eso después de que en la última reunión del organismo, Jerome Powell, su presidente, afirmara que «es posible que los tipos estén en un nivel suficientemente restrictivo» y se diera por hecho que el incremento de 25 puntos básicos de mayo era el último que iba a ejecutar el banco central.
Sin embargo, esta misma semana, el presidente de la Fed de San Luis, James Bullard, que por otro lado no es miembro con derecho a voto este año, dijo que respaldaría dos subidas de tipos más en 2023. Neel Kashkari, de la Fed de Minneapolis, declaró por su parte que los tipos tendrían que subir «por encima del 6%» para que la inflación vuelva al objetivo del 2% de la Fed, lo que implica 3 subidas más. Añadió que es partidario de que la Fed haga una pausa en las subidas de tipos en su próxima reunión de junio, aunque advirtió que eso no significa que se haya terminado con el ciclo de ajuste.
«Las actas de la Fed de este miércoles serán de interés para calibrar cuál es la postura de los distintos funcionarios sobre este tema y si ya se está formando un consenso para hacer una pausa en la próxima reunión de junio», afirma Craig Erlam, experto también de Oanda. «Dicho esto, el dato de inflación del viernes es el que más cuenta. Sólo cuando la inflación subyacente caiga podrá la Reserva Federal dar un giro; hasta entonces, lo único que conseguiremos será una pausa reunión tras reunión», añade.