Otra cosa es que las líneas maestras de esos discursos sean fruto de la reflexión del líder supremo del sanchismo o, simplemente respondan a un esquema de estrategia que se le propone al jefe y este lo asume como propio. Es decir, que la cacareada supervivencia o permanencia en el machito del ocupante de La Moncloa sea mas bien fruto intelectual de personajes a sueldo que pergeñan los modos de permanencia para disfrute de don Pedro y que este los hace suyos cuando le toca o le ordenan.
Si eso es así, lo que hay que reconocer a esos negros es su capacidad de hablar y hablar sin decir nada y evitando cualquier patialba conflictiva que le permita a la oposición tiran de ella para iniciar un ataque al líder. Si vaciedad es tal que si uno analiza los discursos que Sánchez ha pronunciado este fin de semana con comité federal y todo buscando alguna idea motor para el curso que se inicia es imposible encontrarla, eso si para este personaje de cuidado, “España vive uno de sus mejores momentos de las últimas décadas. Estos son buenos tiempos para los optimistas y malos para los agonías. El optimismo construye sociedades, hace avanzar países. Nosotros venimos con las pilas cargadas, tenemos nuevas ideas, tenemos los mejores equipos y las mismas ganas de siempre. Venimos cargados de proyectos y de optimismo porque eso es lo que nuestros ciudadanos y ciudadanas necesitan y esperan de sus representantes. Porque con esos materiales, con proyectos y optimismo, es como se construye país. Así que adelante».
Pues nada, ya lo saben ustedes queridos lectores hay que ser optimista para que nos vaya bien a todos y este hombre aguante en la Moncloa por lo menos otres tres años. Aunque si me apuran este discurso un famoso entrenador de futbol ya lo había hecho popular hace unos cuantos años con aquello de “nada negativo, todo positivo”.
¿Lo recuerdan? Pues a repetirlo una y otra vez porque eso es lo que nos toca en esta etapa sanchita