La desagregación por componentes muestra que el incremento de la inflación se debió, en parte, a un repunte de los precios energéticos, a un estancamiento de los servicios que se resisten a bajar y a un ligero repunte de los bienes, partida en la cual se esperaría que empezara a notarse el aumento de los costes por los mayores aranceles. Sin embargo, una desagregación adicional muestra cómo el incremento de precios de bienes no ha sido generalizado y, de momento, se limita a una serie de categorías. No obstante, conviene mantener la cautela, ya que el mayor impacto podría empezar a notarse tras el verano y, por lo tanto, anticipamos que la Fed dejará los tipos de interés sin cambios en su reunión de finales de julio.
Datos
La inflación general de EE. UU. subió en junio 0,3 p.p. hasta el 2,7% interanual (2,4% en mayo), mientras que la inflación núcleo, que excluye alimentos y energía, repuntó 0,1 p.p. hasta el 2,9%, tras haber estado estancada en el 2,8% los tres meses previos.
En términos intermensuales y desestacionalizados, la general se anota un avance de +0,3% y la núcleo del +0,2% (en mayo, 0,1% en ambos casos).
Valoración
En junio, la inflación general de EE. UU. repuntó al 2,7% interanual y la núcleo al 2,9%, tras haberse estancado durante los tres meses anteriores, en torno a 2,4% y 2,8%, respectivamente. Estos datos se han comportado prácticamente en línea con lo esperado (2,6% para la general y 2,9% para la núcleo).En el desglose por componentes se aprecia cómo el repunte de la inflación general se debió en parte a una menor caída de los precios energéticos (-0,8% interanual vs. -3,5% en mayo), en especial del combustible, dado el incremento de los precios del petróleo tras el repunte de tensiones en Oriente Próximo (lo que conllevó a una tasa intermensual de la energía de +0,9%, la más elevada desde diciembre de 2024). En cuanto a los demás componentes, los servicios se resisten a bajar y se mantuvieron en el 3,6% interanual por tercer mes consecutivo y los alimentos se mantienen en torno al 3,0%.
Donde sí hubo un repunte algo mayor fue en los bienes industriales no energéticos. Su inflación pasó de +0,3% interanual en mayo a +0,7%. Es justamente esta partida donde se esperaría que empezaran a notarse el aumento de los costes por los mayores aranceles, pero el pequeño incremento de apenas +0,2% en términos intermensuales sugiere que el impacto está siendo contenido, al menos por ahora. Bajando a una desagregación adicional, además, muestra que el incremento de precios no ha sido generalizado. Por un lado, partidas como la ropa, los juguetes, muebles, electrodomésticos, y equipos de deporte, han empezado a repuntar. Pero por otra parte, destaca que los precios de algunas otras, como los coches (tanto nuevos como usados) cayeron en términos intermensuales por segundo mes consecutivo.
En balance, el dato de junio deja una sensación similar a la del mes anterior: en algunas partidas de bienes se empieza a notar el impacto de los aranceles, pero no termina de materializarse sobre los precios finales de manera intensa y generalizada. Sin embargo, parte de esa limitación era de esperarse debido a la acumulación de inventarios en el 1T que ha permitido a las empresas retrasar las subidas de precios. Por lo tanto, conviene mantener la cautela ya que el mayor impacto podría empezar a notarse tras el verano cuando, de no llegarse a acuerdos comerciales antes del 1 de agosto, entraría en vigor una nueva ronda de aranceles que dejaría el tipo efectivo arancelario a un nivel muy superior al actual. Además, es notable la persistencia de los servicios (el componente de mayor peso dentro de la cesta de consumo, con un 60%) que frena cualquier progreso de la inflación hacia su objetivo, y que, de mantenerse así, y de concretarse una mayor subida de precios en los bienes, conllevaría a un repunte más acusado de la inflación en los próximos meses.
Por lo tanto, no esperamos que la Fed tome ninguna decisión apresurada y seguimos pensado que en su reunión de finales de julio mantendrá, por quinta reunión consecutiva, el fed funds en el rango 4,25%-4,50%. Así también lo descuentan los mercados financieros, que tras la publicación del dato han mantenido la expectativa de que el primer recorte del año vendrá entre septiembre y octubre, seguido por uno adicional en diciembre. Tampoco ha sorprendido el dato a los demás activos financieros, que apenas reaccionaron tras su publicación: el dólar se mantuvo estable, dejando al euro alrededor de 1,16 dólares, el tipo soberano a 2 años (más sensible a política monetaria) se movió apenas 5 p. b. a la baja para luego regresar cerca de 3,90%, y las bolsas estadounidenses abren la sesión con ligeros avances.