Según lo esperado, la bajada de la inflación estuvo dirigida por el desvanecimiento de un efecto calendario de Semana Santa (que en abril había hecho rebotar los servicios hasta el 4,0%). Pero la desaceleración fue incluso más allá y situó la inflación de los servicios en mínimos de tres años y la propia núcleo en mínimos desde otoño de 2021. Estos datos son particularmente positivos para dar confianza al BCE en su lucha final contra la inflación, pero no deberían alterar su hoja de ruta: se espera que, el próximo jueves, el BCE recorte los tipos en 25 p. b., pero que mantenga un tono de cautela ante el repunte de la incertidumbre geoeconómica.
Dato
La inflación general de la eurozona (IPCA) disminuyó hasta el 1,9% interanual en mayo (–0,3 p. p. respecto a abril), mientras que la núcleo bajó hasta el 2,3% (–0,4 p. p.).Entre las grandes economías, la inflación (IPC armonizado) disminuyó en Alemania (2,1%, –0,1 p. p.), Francia (0,9%, –0,3 p. p.) e Italia (1,9%, –0,1 p. p.) y se mantuvo estable en España (2,2%).
Valoración
Los datos de la eurozona fueron razonablemente acordes con lo esperado (el consenso de Bloomberg pronosticaba un descenso levemente inferior, con una inflación general del 2,0% interanual y una núcleo del 2,4%). Y es que ya se anticipaba una desaceleración de la inflación en mayo, ante la caída de los precios energéticos en los mercados financieros (las referencias de petróleo y gas bajan, en euros, entre un 20% y 30% en lo que va de año) y el desvanecimiento del efecto calendario de Semana Santa (que en abril provocó un rebote de la inflación de servicios, empujada por servicios vacacionales y transportes, y se ha deshecho en mayo).En términos intermensuales no desestacionalizados, la inflación fue del 0,0% tanto para la general como la núcleo, inferior al promedio histórico de mayo (0,2% tanto en la general como la núcleo). Los datos desestacionalizados publicados por el BCE apuntan a una inflación intermensual anualizada del –1,5% (general y núcleo) y a un momentum (variación intertrimestral anualizada) del 1,5% (general) y del 2,7% (núcleo).
En el desglose por componentes, destaca la fuerte desaceleración de los servicios, que va más allá de deshacer el efecto de calendario de Semana Santa e incluso se sitúa 0,3 p. p. por debajo del dato de marzo, lo que ofrece un dato particularmente positivo para dar confianza al BCE en su lucha final contra la inflación. Por otro lado, los bienes industriales no energéticos se mantuvieron en un bajo 0,6%, la energía siguió restando (–3,6%) y los alimentos tuvieron dinámicas mixtas (desaceleración hasta el 4,4% en no elaborados y aceleración hasta el 2,9% en elaborados).La publicación de estos datos refuerza la perspectiva de un nuevo recorte de tipos del BCE (–25 p. b.) este próximo jueves 5 de junio (los mercados siguen dando una probabilidad superior al 95%). A pesar de los datos, es probable que el BCE todavía no dé por finalizada la lucha contra la inflación, sino que opte por un mensaje de cautela a futuro.
La razón es que las tensiones comerciales abren un amplio abanico de riesgos, algunos de ellos con fuerzas desinflacionistas (debilidad de la demanda mundial, redirección comercial de China hacia Europa), pero otros con amenazas de más inflación (disrupciones en las cadenas de suministros, imposición de aranceles recíprocos), y que se ejemplifican en las dudas exhibidas por el tipo de cambio (depreciación del euro en otoño de 2024 y apreciación en lo que va de 2025).