Si en ocasiones pasadas ha sido Ayuso, o Aragonés los que se les atragantan, la una con la brutal derrota de Sánchez en Madrid y el otro con el affaire Pegaso y los líos con Marruecos del señorito, esta vez el problema se llama Podemos, ley del si es si y las consecuencias que la derrota de las ministras podemitas termine por poner encima de la mesa, si es que a alguna de las partes le interesa romper el Gobierno tras ñlo que pueda pasar el 28 de mayo.
Es decir, hemos entrado en fase de especulación, pura y dura en la que una buena parte de lo que se diga estará influenciado por la rumorología propia de los tiempos preelectorales y de las batallas familiares del Gobierno, si a esa cosa que nos gobierna se le puede llamar talo simplemente recuelo de clase política mal avenida.
Sin embargo, lo mas probables es que tras la votación, todos los partidos hayan ganado y perdido, como siempre y será el momento de ruptura o nueva alianza en función de las necesidades que la campaña por la Moncloa determine, porque no hay que olvidar que las elecciones generales, mejor dicho su campaña electoral empezara el mismismo día 29 de mayo, horas después de que se cierren las urnas.
De momento lo que nos espera son cuatro semanas de caras muy largas en las reuniones gubernamentales, sonrisas y esfuerzo denostado en las sedes populares y nuevas sorpresas tipo Doñana o Joseantonianas por aquello de que para Sánchez remover el enfrentamiento y el guerracivilismo es una fijación que aparece en todo periodo preelectoral