El latigazo verbal propio del que odia a todo aquel que se atreve a discutir su valía o sus escasos méritos para gobernar, – no olvidemos que hasta su tesis universitaria es un fraude y no digamos nada de sus “victorias” electorales – refleja hasta que punto lo del muro no es una formula de gobernar que se le ocurriese en aquellos momentos al líder sanchista, sino que es una forma de gobernar, de entender la política, puesta en práctica desde su llegada al poder, y si me apuran incluso antes, y que le ha llevado a manejar los resortes del poder a su antojo y capricho, pero que provoca la desaparición de cualquier atisbo de gestionar un pais, de, en realidad, gobernar, en sentido estricto.
Hoy lo que tenemos es un equipo de fieles servidores del sanchismo que saben que de lo único que se trata es de obedecer y callar y en el mejor de los casos, criticar una y otra vez a la oposición siguiendo las directrices y los mensajes recibidos desde Moncloa, ese extraño engendro en el que se ha convertido el polipasto de edificios que rodean la residencia presidencial y que habitan los llamados asesores, que ya son un ejercito de manipuladores de personas, mensajes y medios.
Pero que con lo de las vacaciones y los incendios han quedado con el “culete al aire” y retratados como ciertamente incompetentes, pero para estos chicos todo tiene solución y ya han diseñado su estrategia de ataque que no es otra que el ataque a los presidentes populares por pedir ayuda y autojustificarse diciendo que Feijóo ordenó a sus barones «montar el lío».
Y el jefecillo de los asesores, el cerebrin de todos ellos, el hoy ministro de no se sabe que, Lopez no se le ocurre otra sandez que decir, que «sentémonos en una mesa, veamos los medios que tiene cada uno y veamos lo que se puede mejorar», argumento que culmina con la frasecita copiada al jefe «Y si hay que revisar lo que sea, se revisa», ha recalcado Óscar López, que ha defendido que el Gobierno «ha sido transparente» diciendo los medios que había a disposición de las comunidades autónomas para luchar contra los incendios, mientras que «muchas veces no se sabían cuántos medios había de las comunidades».
Y ya puestos a rizar el rizo de la desfachatez este cerebrin termina sus argumentos con otro ataque, «yo me imaginaba al presidente autonómico de turno, con una mano llamando al Gobierno de España para pedir la UME y con la otra escuchando a Feijóo para decirle que montara un pollo. En un Estado autonómico como el nuestro lo que hace falta es cooperación, lo que hace falta es lealtad institucional», pero el ni se acerco a los incendios, ni dijo esta boca es mía en ninguno de esos días y siguió disfrutando de sus mas que regaladas vacaciones, mientras otros no dormían y trataban de resolver uno de los peores incendios de nuestra historia..