La resiliencia en el gasto de los hogares de Estados Unidos, la bajada y el consumo del precio del gas en Europa y el levantamiento de las restricciones por la Covid-19 en China han motivado a la Organización a elevar sus previsiones. Además, ha destacado la fortaleza del mercado laboral de muchas economías, que han mantenido altas tasas de empleo y han elevado los salarios.
No obstante, ha señalado la dificultad de los bancos centrales para controlar la alta inflación, para lo que hará falta más cooperación que facilite un ajuste monetario que no hunda a las economías de países en desarrollo. Con respecto a la economía estadounidense, la ONU espera que crezca un 1,1%, lo que eleva su previsión 7 décimas, aunque ha recordado las fragilidades mostradas en los últimos meses tras la crisis bancaria y las dificultades para controlar la inflación. Esto hace que se espere una contracción por las correcciones del mercado inmobiliario a finales de este año, que frenarán tanto el gasto como la inversión. A lo largo de 2024, el PIB del país norteamericano crecerá un 1%, lo que disminuye en 7 décimas el dato anterior.
Por el contrario, la ONU ha destacado la mayor fortaleza de la economía europea, de forma que mejora su previsión hasta el 0,9%, 7 décimas por encima de la previsión inicial. A pesar de los precios de la energía, «del persistente y agresivo ajuste monetario han pesado mucho sobre el crecimiento económico», la mayoría de los países han evitado entrar en recesión. Sin embargo, las previsiones para 2024 han bajado una décima y ahora se encuentran en un 1,5%.
Por su parte, para Rusia también mejora sus previsiones, que en un inicio mostraban una caída del 2,9% que se ha moderado hasta encontrarse en un 0,6% de descenso.
La economía que más crecerá a lo largo de este año es la de China, que progresará 5 décimas más de lo inicialmente previsto, hasta un 5,3%, y la ONU mantiene las previsiones de crecimiento del 4,5% para 2024. Estos datos se deben al final de las restricciones, que recuperan el consumo y las inversiones en el país. Por último, la Organización mantiene las previsiones iniciales de 2023 para Latinoamérica y el Caribe, que estaban en un 1,4% de crecimiento, y disminuye en una décima las de 2024, hasta un 2,4%. Esta corrección se debe a la ralentización de varias economías como Argentina, Chile, Brasil y Colombia.