Y la realidad no es esa. La verdad es que la señora de presidente del Gobierno español se ha dedicado, ya que su marido para muchos socialistas es el “puto amo”, durante los últimos años a montarse un chiringuito sacando los dineros a terceros que, confiados en quien se lo pedía y tratando de alcanzar algún merito delante de los ojos del amo, se lo facilitaban sin grandes miramientos,
Es mas públicamente se sabia que colaboraban en el montaje entidades como Telefónica, Google y Minsait (la filial de Indra); y que la ONCE, la Cámara de Comercio de España y la nueva patronal Conpymes (Confederación Nacional de Pymes) también estaban en el tinglado.
Si ahora resulta que algunos de estos han sido receptores de cuantiosas ayudas y apoyos oficiales, es fácil pensar que en un mundo como el de hoy, en el que nadie da nada gratis, los colaboradores de la señora Gómez no estaban con ella por te simple amor al arte, sino para algo mucho mas crematístico.
Por lo tanto, ante tamaña realidad que nadie se rasgue las vestiduras y eche la culpa de esta historia a los jueces, La esposa de Sánchez y sus amistades han utilizado un modelo de creación de negocio que es pura corrupción y lo extraño es que se haya tardado tanto tiempo en descubrir el pastel, señal por otra parte de que el montaje estaba bastante bien diseñado para que pasase desapercibido.