Ese podría ser la conclusión y resumen de las opiniones de los distintos expertos, que han contrastado su parecer con el de un asesor del Gobierno, José Manuel Lago, partidario de la nueva normativa, por sus cambios de calado y sus beneficios para trabajadores y empresas, según han expresado a lo largo de un debate organizado por el Consejo General de Economistas (CGE).
Para Conde-Ruiz, la reforma laboral ha sido un éxito, aunque más bien sobre el papel. Es cierto que se ha reducido la temporalidad contractual en el sector privado. Pero hay un aspecto “preocupante” que asoma la patita, como es el empleo “muy precario” de algunos trabajadores indefinidos si se miran el número de días trabajados, el salario, el tipo de jornada o los largos períodos de inactividad, debidos a la intermitencia en el empleo, inherente al contrato fijo discontinuo. “Se empiezan a ver señales preocupantes”, especificó el economista subdirector de Fedea, citando, entre otros, la alta rotación en el empleo, su intermitencia o la menor duración de los contratos indefinidos, en ocasiones asociada a una utilización “excesiva” del período de prueba.
“Si estas tendencias se acaban consolidando es muy probable que a pesar de que la tasa de temporalidad ha bajado práctivamente a la media europea, en breve volvamos a meter en la agenda de retos laborales la lucha contra la precariedad laboral”, ha sentenciado el economista durante la celebración del coloquio este martes en Madrid.
La opinión del economista de Fedea se une así a otras opiniones, como la de la federación de servicios de Comisiones Obreras, que en un informe reciente denunciaba el riesgo de “precarización económica” de los trabajadores fijos discontinuos, cuya cotización media a la Seguridad Social se sitúa un 42% por debajo de la base media total del sistema (1.150 euros frente a 1.980), según señaló el sindicato el pasado febrero, con datos referidos al año anterior, reclamando además mejoras estadísticas que permita conocer mejor la actividad de los trabajadores intermitentes, como por ejemplo su número de horas trabajadas.
En cambio, el asesor del Gobierno, Lago, ha defendido la reforma laboral como parte de un cambio “estructural” en el mercado de trabajo español, que empezó, durante la pandemia, con la utilización de un modelo remozado de ERTE –los expedientes de regulación temporal de empleo– , que ha tenido luego continuidad con la nueva normativa laboral que se aprobó en diciembre de 2021. El consejero del ministerio de Trabajo ha defendido el principio rector que ha guiado la aprobación de la reforma laboral, que ha sido asegurar la causalidad de los contratos; así como los resultados “extraordinariamente positivos” logrados por la reforma, tras cuya aprobación se han creado un millón más de empleos, desapareciendo dos millones de empleos temporales, y emergiendo en su lugar tres millones de empleos indefinidos; lo que ha colocado la tasa de temporalidad y de parcialidad por “debajo de la media europea”, con un 13,7% y un 13,6%, respectivamente.
Lago ha añadido además que la reforma laboral ha animado a más personas a buscar un empleo, atraídos por la mejora de las condiciones laborales, que ha propiciado la nueva normativa del mercado de trabajo.
Así, la tasa de actividad está en máximos históricos – casi un 80%, según Eurostat –, lo que constituye el valor “más alto” de su serie histórica, superando incluso ligeramente la media de la eurozona. Por último Lago ha añadido que la reforma laboral ha desatado el gasto de las familias al encontrar estas una mayor estabilidad en el empleo, tal y como reflejó un estudio del Banco de España, que cifra en 2.000 millones de euros el gasto adicional de las familias debido a las mejores condiciones de trabajo consecuencia de la ‘reforma Díaz’.
Por su parte, el presidente del Consejo General de Economistas (CGE), Pich, ha destacado que la reforma laboral constituye una “aproximación interesante” al problema de la temporalidad en España; si bien ha criticado implícitamente el aumento de la “carga fiscal” que soporta el factor trabajo en España, muy superior a la media de los países de la OCDE una vez que se suma la tributación por IRPF y las cotizaciones sociales.
De otro lado, el presidente de los Economistas Asesores Laborales (EAL), Pereira, ha señalado algunas asignaturas pendientes, como la reforma de los servicios públicos de empleo, tras reconocer las “importantes mejoras introducidas por la reforma laboral”.
Por su parte, el catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra, García Montalvo, ha pedido tiempo para corroborar que la reforma laboral produce efectos a la hora de reducir la “temporalidad real”, y no solo la temporalidad contractual.“Aunque seguramente hace falta más tiempo para obtener una conclusión definitiva parece que las transiciones del empleo al desempleo, o a la inactividad, no se han visto reducidas como sería esperable”, ha asegurado el también Premio Rey Jaime I de Economía, en su papel de moderador del debate.