«La rentabilidad de la banca española parece que se fortalecerá en 2023 y a medida que los libros a tipo variable se revalorizan a tipos más altos», destaca Chiara Romano, directora asociada de instituciones financieras de la firma. No obstante, puntualiza que el menor crecimiento, la inflación y los tipos de interés más altos debilitarán la calidad de los activos, del mismo modo que el mantenimiento de los costes bajo control «está en el punto de mira».
Precisamente, para domar la elevada inflación, el Banco Central Europeo está llevando a cabo un agresivo endurecimiento monetario y ha garantizado una nueva subida de 50 puntos básicos en su próxima reunión de marzo. Los bancos están preparados para más alzas de los tipos de interés y, en Scope Ratings, esperan que «la competencia por los depósitos siga siendo moderada a corto plazo».
«Más adelante, el coste de la financiación repuntará, impulsado principalmente por el encarecimiento de los fondos mayoristas, pero también por la revalorización de los depósitos», afirma Romano. En el caso de los ingresos, estiman que una nueva revalorización de los balances impulsará su crecimiento en 2023. Los bancos españoles han acelerado los reembolsos de sus fondos TLTRO a un ritmo más rápido que los bancos de otros países europeos, mientras que los que todavía quedan pendientes «parecen manejables y es poco probable que lleven a los bancos a acercarse a las zonas de peligro en los ratios de liquidez», analiza la experta.
Sin embargo, las presiones inflacionistas no han desbaratado hasta ahora los esfuerzos de las entidades por mantener bajo control sus bases de costes, pero para Romano la cuestión clave es si el buen comportamiento de los gastos de explotación puede mantenerse a medio plazo. En 2022, los bancos del país redujeron el riesgo de sus balances. De cara a 2023 y 2024, con la economía creciendo a un ritmo más pausado, unido a un contexto de alta inflación y tipos de interés elevados, puede pasar factura al rendimiento del crédito.
En cuanto al inmobiliario, el acuerdo del Gobierno con las entidades para proteger a los hipotecados vulnerables, otorgará cierto alivio a los hogares, pero en Scope Ratings no creen «que las medidas de flexibilización tengan un impacto material en el riesgo de crédito para los prestamistas nacionales, ya que no hay reducción de la deuda, sino sólo aplazamiento de los pagos del principal».
La combinación de un crecimiento más débil, la inflación y unos tipos más altos pesará también sobre la asequibilidad e impulsará un deterioro de la calidad de los activos en 2023 en las hipotecas residenciales, las PYMEs y los préstamos al consumo sin aval. «Pero los bancos españoles están entrando en esta temporada con balances mucho más fuertes, el legado de muchos años de reducción de riesgos y mejores estándares de originación», subraya Romano.
Por ello, vaticinan que las pérdidas crediticias sean mayores que en 2022, pero que se mantengan en niveles manejables.
En 2023, el margen de intereses en España repuntará con fuerza y los bancos prevén tasas de crecimiento de entre el 15% y el 30% a medida que se revaloricen los activos. La mayoría de los bancos han mantenido sin cambios sus ratios de reparto de dividendos, que oscilan entre el 40% y el 60%. La excepción es Sabadell, que prevé elevar su payout del 32% al 50% en 2023 para equiparar su rentabilidad a la de sus competidores. «Varios bancos han optado una vez más por una combinación de dividendos en efectivo y recompra de acciones para preservar la banca minorista», concluye Romano.