La inflación de la zona euro se ha estabilizado en torno al objetivo del 2 % en los últimos meses, y la actividad económica parece estar repuntando. El informe del PIB del tercer trimestre superó las expectativas, con una expansión del 0,3 % intertrimestral, lo que supone una aceleración con respecto al modesto crecimiento registrado en el segundo trimestre. Los últimos índices PMI apuntan a que el crecimiento se ha acelerado aún más desde entonces. En concreto, el PMI compuesto subió hasta el nivel de 52,8 en noviembre, el más alto desde mayo de 2023, impulsado por la fuerte recuperación del sector servicios. Los responsables del BCE han comenzado a reconocer abiertamente esta mejora de las condiciones económicas. La presidenta Lagarde señaló recientemente que la economía se estaba mostrando más resiliente de lo que el banco había previsto, ya que el impacto de las tensiones comerciales con Estados Unidos estaba siendo más moderado de lo esperado. También insinuó que el banco volvería a revisar al alza sus
El alcance de las revisiones a los pronósticos de crecimiento, que ahora se sitúan en un 1,2 % para 2025, un 1 % para 2026 y un 1,3 % para 2027, será uno de los temas centrales del jueves. También se esperan cambios en las previsiones de inflación. El BCE deberá tener en cuenta el retraso en la aplicación del Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea (ETS2), lo que debería reducir mecánicamente la previsión de inflación para 2027. El banco también publicará, por primera vez, sus perspectivas económicas para 2028.
Dada la resiliencia de la economía, la buena salud del mercado laboral y el crecimiento salarial sostenido, no vemos justificación alguna para que el BCE vuelva a bajar los tipos de interés. De hecho, creemos que estas condiciones son más propicias para una subida de tipos que para una bajada. Esta tesis está ganando adeptos en los mercados, y los swaps ya descuentan la posibilidad de una subida hacia finales de 2026. Esta postura la ha defendido una de las figuras más beligerantes del BCE, Isabel Schnabel, quien afirmó sentirse «bastante cómoda» con la expectativa de una subida de tipos, aunque «no a corto plazo».
Dada la lejanía de una posible subida de tipos, no tiene mucho sentido que el Consejo de Gobierno la mencione en esta reunión. Además, supondría un cambio demasiado radical respecto a las recientes señales dovish y neutrales del banco. Las opiniones dentro del Consejo de Gobierno siguen siendo dispares, por lo que también se debería evitar cualquier tipo de volantazo en las comunicaciones. Es muy probable que el mensaje general siga siendo tranquilizadoramente neutral, con Lagarde reiterando que el BCE se encuentra «en una buena posición». En resumen: sin cambios en el futuro inmediato.
