De otra manera, no se entiende su empeño por seguir en un cargo que se le resiste y que terminara por destrozarle, gracias a la cantidad de burradas que ha llevado a cabo desde su despacho en ese Palacio creyéndose en posesión de un poder tan absoluto que le permitía hacer y deshacer a su antojo sin encomendarse ni a Dios, ni al diablo, pero todo abuso tiene su limite y su fin y en este caso esta siendo el propio Estado de la mano de jueces y Guardia Civil los que se están encargado de poner las cosas en su sitio.
Veremos hasta donde llegan, pero lo que si es seguro es que hace treinta y tres años, la Benemérita también registro las dependencias del Partido Socialista de Ferraz, en aquella ocasión por al caso Filesa y poco después el gobierno socialista perdía el poder y su líder abandonaba el palacio de La Moncloa.
La situación no es la misma, pero salvando las distancias es curioso comprobar como las fuerzas políticas españolas tienden con demasiada frecuencia a caer en la corrupción que proporciona el afán de riqueza de algunos de sus miembros que termina a por dañar al propio partido y al Gobierno que en ese momento administra el poder.
Se dirá que la condición humana bastante tiene que ver con ese problema, y no esta de mas, pero lo que si es cierto es que nunca unos ladrones habían dejado tantos rastros como en la ocasión presente y ello se debe a las conexiones móviles, tan útiles para muchas cosas, y tan perjudiciales para los golfos de la política que han ido dejando rastros y mas rastros como si de “garbancitos” del siglo XXI se tratase, pero en lugar de servirles para regresar a casa, les terminara de conducir a la prisión, quizá su autentica morada.