“Por supuesto, continuaremos nuestros esfuerzos para garantizar que la inflación se estabilice de forma sostenible en ese objetivo del 2% a mediano plazo”.
El aumento de los precios al consumidor en la zona del euro se desaceleró a lo largo del año pasado y se situó por debajo del objetivo del BCE en septiembre, aunque ha vuelto a repuntar en los últimos meses y Lagarde ha advertido que fluctuará en torno a su nivel actual a corto plazo. Aun así, esa ralentización permitió a los responsables políticos recortar las tasas de interés en cuatro movimientos de un cuarto de punto y los economistas prevén otros cuatro recortes hasta junio.
Al describir el calendario del BCE para 2025 como una “agenda muy cargada”, Lagarde también destacó la revisión de la estrategia de política monetaria del banco central, el euro digital y el rediseño de los billetes de la eurozona, aunque este último proyecto no se completará este año.