En un adelanto del podcast «Collegue Leaders in FInance», que se lanzará el domingo, la presidenta del BCE, Lagarde, hablóa abiertamente de que el gobernador del banco central de Holanda, Klaas Knot, sería un buen reemplazo al frente de la institución.
«Lo conozco desde hace al menos seis años. Tiene el intelecto, la resistencia y la capacidad de conectar con los demás», declaró Lagarde. En referencia a los egos dentro del Consejo del BCE, la francesa dijo que «a menudo todos son unas ‘divas’ (donnas), y hay que facilitarles el trabajo a todos. Él tiene esa habilidad, aunque no es el único».
Lagarde terminará su mandato en octubre de 2027. A pesar de que la presidenta dijo que lo cumpliría al máximo, este verano salió a la palestra Klaus Schwab, expresidente del foro de Davos, diciendo que había negociado con ella su marcha prematura del BCE. En una entrevista con Financial Times el alto cargo confirmó que se habían reunido en Fráncfort en abril y que ya habrían realizado varios arreglos muy concretos, como conseguir a la francesa un apartamento en Suiza para que se incorporase ante del final de su mandato.
Pese a que francesa haya desmentido en una reunión del banco central que esto vaya a suceder, afirmando que cumpliría todo su mandato, la realidad es que su mandato cada vez está más cerca de acabar y ya se irán perfilando algunos candidatos. Knot al margen de las palabras de Lagarde es uno de los grandes pesos de la institución.
Klaas Knot, presidente del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) y gobernador del Banco Central de Países Bajos, es una voz autorizada en el seno de la institución. Lleva en el cargo en su banco nacional desde el 1 de julio de 2011, afrontando una de las etapas más convulsas a nivel económico y monetario. Antes de asumir la presidencia del DNB, Klass Knot fue vicetesorero general y director de Mercados Financieros del Ministerio de Finanzas de Países Bajos (2009-2011). Anteriormente, desde 1995, trabajó para el DNB durante 12 años en los que desempeñó varios cargos, entre otros como economista sénior en el Departamento de Política Económica y Monetaria y director de la División de Política de Supervisión. El holandés ya sonó en la sucesión de Mario Draghi, pero fue objeto de gran polémica por su posición ‘hawkish’ que rompía de forma clara con un BCE sesgado hacia políticas de flexibilización donde el precio del dinero estaba en cero o en negativo. De hecho el debate en aquel momento giraba más en las medidas que podía realizar el BCE para evitar la deflación de economías tan potentes como la alemana. Si ahora lograse llegar al BCE marcaría un sesgo más favorable a mantener altos los tipos de interés.
De cara a España, como presidente del Consejo de Estabilidad Financiera, ha hablado de temas como de la fusión de BBVA y Sabadell pidiendo a España que no pusiera problemas. «No es coherente que España frene esa fusión y pida a la vez la Unión Bancaria», comentaba el alto cargo neerlandés. También se muestra muy preocupado por los cripto activos y las stablecoins, por lo que su liderazgo sería clave para la llegada o no del euro digital. En un conferencia del Banco de España este mismo verano el alto cargo dijo que las criptomonedas «están ante un punto de inflexión que pueden generar riesgos para el sistema financiero». El holandés explicaba que «las crecientes valoraciones y las interconexiones con las finanzas acrecientan estos riesgos».
Quejas sobre flexibilidad de las entidades no bancarias
En un discurso pronunciado este viernes en Ámsterdam, la banquera central de la zona euro ha destacado el crecimiento observado en la zona euro de las entidades no bancarias.
Y en ellas ha incluido a los fondos de inversión, compañías de seguros, fondos del mercado monetario y vehículos de titulización, que han pasado desde aproximadamente el 250% del PIB en 2008 a más del 350% en la actualidad, a la vez que estas firmas también están estrechamente interconectadas con el sector bancario.
En particular, los fondos de inversión, a pesar de su creciente importancia sistémica, «operan bajo normas mucho más flexibles en comparación con el sector bancario», ha apuntado Lagarde, para quien esto ha contribuido en parte a impulsar su crecimiento.
Al mismo tiempo que se observa este crecimiento del sector no bancario, Lagarde ha advertido de la aparición de indicios de «fatiga regulatoria», que ha atribuido al éxito del marco regulatorio global posterior a 2008, lo que ha diluido los recuerdos dolorosos de la crisis financiera y el reconocimiento de que la estabilidad actual se debe a la solidez de ese marco global. De tal modo, la combinación de esa menguante sensación de urgencia y la preocupación sobre la competitividad de los bancos frente a las entidades no bancarias por la desigualdad de condiciones, ha suscitado llamamientos para revisar el conjunto actual de normas y regulaciones financieras.
En este sentido, la presidenta del BCE considera «vital» que los responsables políticos «resistan la fatiga regulatoria y redoblen sus esfuerzos» para extender normas globales más estrictas a las entidades no bancarias que participan en actividades similares a las bancarias o que tienen vínculos significativos con el sector bancario.
«Es vital que adapten la regulación y la supervisión a este entorno complejo. Deberían hacerlo no rebajando los estándares para los bancos, sino nivelándolos para las entidades no bancarias que participan en actividades similares a las bancarias o que tienen vínculos significativos con el sector bancario», ha defendido.
Por otra parte, la francesa ha destacado la labor del Grupo de Trabajo de Alto Nivel del BCE sobre Simplificación, que está elaborando propuestas para simplificar el marco europeo de regulación, supervisión y presentación de informes prudenciales, para su consideración por la Comisión Europea, subrayando que el objetivo «no es flexibilizar las normas ni deshacer los logros alcanzados», sino explorar cómo reducir la complejidad excesiva manteniendo al mismo tiempo la resiliencia de los bancos y fomentando una mayor integración y armonización en los marcos de la UE