«Nuestras decisiones futuras garantizarán que los tipos de interés clave del BCE se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario», ha afirmado Lane en un discurso en Nueva York. Durante su alocución, el ex gobernador del Banco Central de Irlanda ha insistido en la dependencia de los datos para determinar la ‘hoja de ruta’ en materia de política económica del BCE. El alto nivel de incertidumbre bilateral en torno al escenario base significa que seguiremos dependiendo de los datos para determinar el nivel apropiado y la duración de la restricción en nuestra postura monetaria», ha señalado.
Lane también ha reafirmado el objetivo del organismo comunitario de devolver la inflación al 2%, y ha asegurado que los altos niveles de inflación son una fuerza muy negativa para la economía.
Las palabras de Lane llegan después de que el BCE decidiera en su última reunión una subida de 25 puntos básicos, llevando los intereses hasta el 4,5%, su nivel más alto en los últimos 20 años, en base a sus mayores perspectivas de inflación.
No obstante, los expertos consideran que se trató de una subida ‘dovish’, ya que el organismo indicó en su comunicado que se «han alcanzado unos niveles que mantenidos durante un período suficientemente largo, contribuirán de forma sustancial al pronto retorno de la inflación al objetivo». Por lo que estiman, que fue la última de este ciclo.
A principios de esta semana, el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, reafirmó la idea de Lane, al asegurar que los costes de endeudamiento se mantendrían en su nivel actual del 4% durante un «tiempo suficientemente largo» para que la inflación vuelva al 2%, un objetivo que, según las proyecciones del BCE, se alcanzará en 2025. Lane también ha resaltado que la política monetaria más estricta está provocando una disminución en la inversión inmobiliaria y empresarial, pero que «una parte importante del ajuste de nuestras anteriores subidas de tipos aún está en trámite».
Además, ha agregado que las empresas de la zona euro están empezando a absorber las presiones salariales, lo que sugiere que un largo periodo de márgenes de beneficio excesivos podría estar llegando a su fin.
«La contribución de los beneficios unitarios a la inflación anual en el primer semestre de 2023 se ha moderado en relación con su contribución en 2022, lo que sugiere que las empresas están empezando a absorber las crecientes presiones salariales», ha subrayado. En este sentido, ha concluido que «se prevé que unas subidas de precios inferiores al aumento de los costes laborales unitarios contribuyan aún más a la necesaria desinflación durante 2024».