Así se desprende de la tercera edición anual del ‘Barómetro de Catástrofes’ de la Fundación Aon España, presentado este jueves en el Instituto de la Ingeniería de España durante el IX Simposium del Observatorio de Catástrofes, en Madrid. El informe vio la luz mientras la 29ª Cumbre del Clima de Bakú (Azerbaiyán), conocida como COP29, afronta la recta final de las negociaciones entre delegados de casi 200 países para pactar un nuevo objetivo mundial de financiación climática que deben recibir los países más vulnerables a los impactos climáticos.
Esos 4.450 millones de coste total de los desastres naturales durante el año pasado suponen “el máximo de la serie histórica”, según Julio Ortega, experto en economía aplicada en Analistas Financieros Internacionales (AFI). No en vano, fue un 53% más que los 2.900 millones en 2022 y un 24% superior a los 3.600 millones en 2021. Este último año se produjeron en España la histórica nevada por la borrasca Filomena y una erupción volcánica en la isla canaria de La Palma.
Del montante total, unos 2.449 millones correspondieron a indemnizaciones aseguradas por estos fenómenos extremos, un 63,7% superiores a los importes abonados en 2022 (1.496 millones de euros). Agroseguro abonó 1.241 millones, las compañías privadas aportaron 770 millones y el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), 438 millones.
Unos 124 millones correspondieron al coste imputado a las actuaciones de los servicios de emergencia (Protección Civil, Unidad Militar de Emergencias y Cruz Roja Española) y el grupo de empresas públicas Tragsa. Esa cantidad fue de 166 millones en 2022. El resto procede del impacto estimado sobre el PIB, que se elevó a 1.879 millones de euros (1.225 millones en 2022), desglosados en 647 millones de impacto directo no asegurado (420 millones en 2022), 827 millones de impacto directo (542 millones el año pasado) y 405 millones de impacto inducido (263 millones en 2022). El año pasado murieron 37 personas por desastres naturales, una cifra inferior a la media de este siglo XXI, con el máximo en 2003 (99 víctimas mortales).
Por otro lado, el Barómetro incluye el análisis de los mayores 10 acontecimientos catastróficos naturales en España durante 2023. Destaca la sequía en cultivos herbáceos, que afectó todo el año a las provincias cerealistas (Barcelona, Burgos, Córdoba, Cuenca, Guadalajara, Huesca, Lleida, Palencia, Segovia, Sevilla, Soria, Teruel, Valladolid y Zaragoza), con 421 millones de euros en costes asegurados, cuando en 2022 fueron 92,2 millones.
El pedrisco estival ocupa el segundo lugar de sucesos catastróficos más costosos, con 206 millones en Albacete, Castellón, La Rioja, Murcia, Navarra, Valencia y Zaragoza. Las danas de septiembre en Madrid y Toledo se sitúan en tercer lugar (166 millones), por delante de las inundaciones de julio en Zaragoza (82 millones) y los pedriscos primaverales en Albacete, Alicante, Badajoz, Burgos, Lleida, Murcia y Valencia (62 millones). Con costes situados entre los 35 y los 55 millones de euros figuran la sequía en la vida y en el olivar, el mal cuajado agrario de marzo a mayo de 2022; la dana sobre Sevilla, Córdoba, Huelva y Cádiz, y las lluvias sobre distintas provincias en mayo y junio.
Las altas temperaturas fueron la primera causa de muerte, con 24 personas fallecidas, por delante de las inundaciones (nueve), los fuertes vientos (tres) y los incendios (una). Más de la mitad de los costes asegurados fueron cubiertos por Agroseguro, lo que reflejó la especial vulnerabilidad del sector agrícola. La sequía (31%) y las tormentas, las lluvias y el pedrisco (29%) resultaron ser los sucesos que más daños causaron en la agricultura española, especialmente en los cultivos de cereales de invierno en la Meseta Norte.
Las inundaciones aglutinaron el 80% de los daños asegurados durante el año pasado, que afectaron sobre todo a viviendas (44%) e industrias (23%) en las provincias de Valencia, Tarragona y Badajoz.
El informe indica que, dentro de los 1.879 millones de contracción del PIB, los desastres naturales causaron un impacto directo de 650 millones de euros sobre las empresas afectadas que carecían de seguro. La reducción de las rentas empresariales y salariales por los siniestros naturales superó los 400 millones de euros, en tanto que los desastres causaron la pérdida de 38.600 empleos equivalentes a jornada completa. El 58% del coste pagado por daños en bienes se localizó en las provincias de Toledo (260 millones), Zaragoza (167 millones) y Madrid (164 millones).
En términos de coste por habitante, en Toledo alcanzó los 370 euros y en Zaragoza superó los 170 euros.
El coste per cápita medio para la población española por los impactos de catástrofes naturales fue de 22 euros, cuando en 2022 se quedó en seis euros. Las empresas españolas dejaron de facturar 4.080 millones de euros debido a los siniestros catastróficos, un 53% más que en 2022 y un 27% más respecto a 2021.