El factor clave que está impulsando estas decisiones en empresas de todos los sectores es el marcado deterioro del comportamiento de pago de sus clientes en el comercio B2B, que ha hecho que se enfrenten a una escasez de liquidez y a un mayor riesgo de insolvencia.
La decisión de retrasar o detener las inversiones, además de ser una señal de mayores dificultades financieras, también supone una amenaza significativa para el crecimiento económico de empresas y sectores. Las empresas están prestando menor atención a ámbitos en los que la inversión a largo plazo es crucial, como la transición a energías limpias, la lucha contra el fraude cibernético o la formación de mano de obra altamente cualificada. Estos resultados son generalizados en los catorce mercados que cubre este barómetro regional (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Suiza).
El empeoramiento del comportamiento en pagos de los clientes B2B en Europa Occidental queda patente en el barómetro, que constata un aumento medio del 20% en el volumen de retrasos en los pagos durante los últimos doce meses. La morosidad afecta a casi la mitad de todas las ventas B2B realizadas a crédito en la región y las empresas de Europa Occidental tienen que esperar de media una semana más que en 2022 para cobrar.
Esto ha provocado una serie de medidas para aliviar la presión sobre la liquidez. A la hora de buscar buscan financiación externa, la mayoría de las empresas prefiere pedir prestado a través de crédito proveedor en lugar de depender de créditos bancarios más costosos. Sin embargo, el barómetro revela una menor disposición de los proveedores a aceptar las solicitudes de crédito comercial, y son muchas las empresas que no ven atendidas sus peticiones en su totalidad. El barómetro también refleja otras preocupaciones como el impacto de la persistente inflación, los elevados costes financieros y las tensiones geopolíticas. El temor a las insolvencias es especialmente elevado en Italia y Reino Unido. El barómetro refleja nuevas inquietudes, como las limitaciones de la huella de carbono y el almacenamiento de energía limpia, que tienen especial relevancia en Alemania y Austria.
«Se prevé que la economía mundial crezca solo un 1,7% en 2023. Esto se debe principalmente a la persistente inflación y al continuo endurecimiento monetario por parte de los bancos centrales. En este contexto, se espera que el nivel de insolvencias aumente, lo que provocará un deterioro en el panorama mundial del riesgo de crédito comercial, que afectará a empresas de muchas regiones, incluida Europa Occidental. Esto puede explicar por qué muchas empresas encuestadas en la región han incrementado su atención sobre la gestión estratégica del riesgo de crédito en el comercio B2B y un número significativo confirma que ha contratado seguros de crédito para mitigar el mayor impacto en su negocio del riesgo de impago de los clientes, con un aumento medio del 15% respecto al año pasado», explica el Chief Market Officer de Atradius, Andreas Tesch.