Por otra parte, el 24% de las empresas españolas confirma que ha sufrido impagos significativos durante 2023, lo que supone un deterioro de cuatro puntos frente a los niveles de impacto de la morosidad de hace un año. Este es uno de los datos más relevantes que se desprende de la oleada de primavera del Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito en España, en el que han participado los gestores de cerca de 700 empresas de todos los tamaños y sectores.
El 81% de las empresas españolas percibe el impacto del entorno económico en el riesgo de crédito de su cartera comercial. Una de las novedades de 2024 es que se modera la perturbación provocada por la evolución de los precios: el incremento general de la inflación es señalado como un factor desestabilizador del comportamiento en pagos y la solvencia de los clientes por el 46% de las empresas, un porcentaje todavía muy elevado, pero 21 puntos por debajo de hace un año; el incremento de los costes financieros también cae ocho puntos, hasta el 35% de las empresas y los costes de la energía caen 30 puntos hasta el 27%. El elemento novedoso es la mala evolución de la demanda, señalado como un factor perturbador de los pagos de los clientes por el 33% de las empresas, cuando hace un año era testimonial. Son también relevantes las tensiones geopolíticas (citadas por el 21% de las empresas) y los problemas en la cadena de suministro (20%).
En este complejo contexto del riesgo de crédito que dibuja el estudio, el 21% del tejido productivo (doce puntos más que hace un año) ha registrado una disminución de sus ventas. El 60% de las empresas (17 puntos menos que hace un año) ha registrado algún tipo de crecimiento. Las empresas muestran su confianza en que podrán mantener esta dinámica en 2024. Destaca muy positivamente que un 54% de ellas espera que sus niveles de facturación sigan remontando, frente a un exiguo 14% que espera que este ejercicio sea peor que el anterior en términos de ingresos.