Sin embargo, el acontecimiento destapo claramente la estrategia de Moncloa de tratar de frenar, con todos los medios a su alcance esa mayoría absoluta que de lograrse significaría un gran paso adelante para los intereses de los populares: gobernar en Madrid es vital de cara a las generales.
Y en ese contexto, en el de una batalla por entrar/permanecer en La Moncloa es el que hay que seguir y muy de cerca, los movimientos de unos y otros.
Por eso, no hay que dejar de analizar los gestos y las declaraciones de ministros y/o líderes de los distintas partidos con un ojo siempre sobre el desarrollo de las relaciones entre los partidos de izquierda, un autentico dislate para los intereses de Sánchez, que si logra el acuerdo de las señoras de la izquierda puede ver frustradas su pretensiones de seguir gobernando otros cuatro años.
Y es que a estas alturas de la batalla nadie entiende como fue posible tamaño error de cálculo del líder socialista y sus asesores que propiciaron y apoyaron hasta limites insospechados la figura de Diaz hasta convertirla en un autentico monstruo de siete cabezas que puede terminar con los sueños de la izquierda progresista que nos gobierna.
Por mucho que traten de disimular tamaño error esa es la peor estrategia que se les podía haber ocurrido a todos ellos y puede que durante los próximos meses se lamenten de los problemas que la situación ñles plantea y los cálculos que un a y otra vez repitan tratando de raspar un diputado allí y otro acá hasta sumar una mayoría necesaria con todos y cada uno de los corpúsculos de la izquierda.
En esas circunstancias y un a vez que pase el 28M la batalla será a muerte.