De este modo, las ventas totales de los establecimientos de comida rápida se situaron en 4.680 millones de euros, tras crecer un 18,6% en 2022, y después de haber aumentado un 27,3% en 2021.
Las ventas en mostrador recuperaron en 2022 las cifras previas a la crisis sanitaria, contabilizando un crecimiento del 19,7% y una facturación de 3.405 millones de euros. Por su parte, los ingresos derivados del servicio delivery registraron cierta moderación en su ritmo de aumento, si bien llegaron a incrementarse un 15,9% respecto a 2021, hasta 1.275 millones de euros, es decir, el 27% del negocio total.
Por tipo de establecimiento, las ventas de las hamburgueserías crecieron más de un 25%, situándose en 2.810 millones de euros, el 60% del total. A continuación, figuran las pizzerías, que con una cifra de 745 millones fue el segmento menos dinámico (+4,2%). El segmento de bocadillerías creció alrededor del 8% y obtuvo unas ventas de 515 millones, mientras que el grupo de otros establecimientos mostró un notable dinamismo, incrementándose un 17,3% (610 millones de euros).
La expansión de la oferta total de establecimientos registrada en 2021 continuó a lo largo de 2022, si bien el ritmo de crecimiento fue más moderado. Así, al cierre de 2022 se contabilizaban un total de 5.690 locales, lo que supuso un aumento del 1,8%, frente al 4,5% del ejercicio anterior.
El gran tamaño que han alcanzado las principales cadenas del sector determina un alto grado de concentración, tanto en términos de establecimientos como de ingresos. De esta forma, las cinco primeras cadenas en función del número de locales reunieron en 2022 en torno al 50% de la oferta total de establecimientos, mientras que en términos de facturación las cinco primeras reunieron el 74,5% del mercado total.