Y es que, tal y como viene observándose, el papel del Estado ha superado el 3% en las últimas subastas, niveles de rentabilidad que no se veían desde mediados de 2012, cuando España era azotada por la crisis de deuda, mientras que el tipo medio de los depósitos se situó a cierre de marzo en el 1,31%, el niveles más elevado desde 2014, aunque en febrero alcanzaba el 0,89%. Asi hemos llegado a contabilizar 7.613 M€ invertidos en este activo, lo que supone un crecimiento del 47.5 % ya que hace un año contaban en su haber con 16 millones de euros, mientras que el Banco de España ha reducido el volumen de compras casi un 79%. En febrero de este año tenía invertido 1.445 millones de euro frente a los 6.856 millones de euros de hace un año. El banco emisor comenzó a reducir su inversión en deuda del Estado en julio, y en octubre, ya solo contaba con algo más de 5.000 millones de euros, importe que se vio reducido a 3.523 millones de euros en noviembre, mientras que en diciembre el saldo se redujo en 1.000 millones de euros, hasta los 2.595 millones de euros.
Pero aquí no acaba los cambios de este mercado, aseguradores, planes de pensiones y fondos de inversión tambien se sitúan por detrás de los particulares. Las aseguradoras, por ejemplo, , aunque han doblado el importe en el último año, todavía están muy por debajo de los particulares. Así, en febrero de 2022 tenían invertido en deuda del Estado 1.115 millones de euros, un año después contaban con 2.190 millones de euros, un 96,4% más, pero 5.423 millones menos de lo que tienen invertido las personas físicas.
En cuanto a los fondos de pensiones y los fondos de inversión, la inversión en papel del Estado se ha mantenido en niveles estables para los segundos, aunque en el caso de los planes de pensiones, la inversión a cierre de febrero se situó en los 2.050 millones de euros, 1.081 millones de euros menos que en 2022. Por su parte, los fondos de inversión contaban con 4.162 millones de euros, una cifra similar a los 4.141 millones de euros de hace un año.
Por ultimo, las entidades bancarias también han adoptado una estrategia similar a los pequeños inversores ante el alza de las rentabilidades y la necesidad de ir rotando su cartera. Así, contaban a cierre de febrero con 15.891 millones de euros, frente a los 7.463 millones de hace un año, lo que supone una mejora del 112%. Las entidades han aprovechado los vencimientos de este tipo de deuda que se iban produciendo, con rentabilidades próximas al cero o negativas, para invertir en papel del Estado con tipos más altos y así mejorar sus ingresos.