El trauma del 2008 y sus ecos han acabado con muchos mitos, entre ellos el de la triple A de EE.UU.: S&P se la retiró y la calidad crediticia de la primera potencia mundial no es la mejor, sobre todo cuando su déficit público rebasa el 7% del PIB.
¿Y qué opinan las agencias de rating de lo que está por venir en el 2024? El director general y responsable de Análisis de Ratings Corporativos en Europa de S&P Global Ratings, Watters, asegura en un informe sobre deuda empresarial que el 2024 será “un año de adaptación a las sequías de los altos tipos de interés, inflación y deuda”.
En su informe de previsiones para el 2024, Moody’s tiene una “previsión estable” para la deuda soberana, pero dice que será un año “difícil conforme se consolidan los altos niveles de deuda, el crecimiento se apaga” y “los gobiernos se enfrentan a un delicado equilibrio para ajustar sus cuentas”.
En su último ‘Risk Radar’, Fitch dice que el entorno crediticio internacional “se ha deteriorado” debido a “las subidas de tipos de interés, la acentuación de los riesgos geopolíticos y el repentino resurgimiento de conflictos militares de larga escala”. Son apreciaciones genéricas que podrían concretarse en acciones específicas sobre algunos emisores.