Desde la crisis de la deuda de los años ochenta, conocida como la década perdida por el impacto que tuvo en la región, muchos países latinoamericanos se orientaron hacia sistemas de tipo de cambio flexible que permiten utilizar la moneda como amortiguador de shocks externos. En ese contexto, los bancos centrales de la región, dotados de autonomía en su toma de decisiones, se encuentran entre los primeros que acometieron una subida los tipos de interés para combatir la inflación.
De acuerdo con la aseguradora de crédito, Latinoamérica es más resistente que otras regiones del mundo a un escenario global de endurecimiento crediticio. Las monedas de los países más grandes de la región se encuentran entre las más fuertes del mundo, a pesar de la reducción del diferencial de tipos de interés frente a Estados Unidos. Los países más vulnerables de la región son Argentina, Bolivia, Cuba, El Salvador, Venezuela y las islas más pequeñas y menos diversificadas del Caribe.
El PIB de la región ha superado los valores prepandémicos, un síntoma del fortalecimiento de las políticas macroeconómicas de la región, la mejora de la supervisión bancaria y un aumento de las reservas oficiales. No obstante, en 2023 la región deberá afrontar una ralentización del crecimiento (previsión, 1,5%) que se mantendrá en 2024 (previsión, 1,3%), por detrás de los valores que alcanzarán otras regiones emergentes. El peor desempeño del PIB se espera en las economías de Argentina y Chile, que se contraerán en 2023 (-0,8 y -0,7%, respectivamente), y en Colombia, que lo hará en 2024 (-0,9%). Esta evolución refleja el deterioro de los dos principales socios comerciales de la región (Estados Unidos y China), los precios de las materias primas, la persistencia de la inflación subyacente, la rigidez de las condiciones financieras y el escaso margen fiscal.
La región presenta, además, ciertos factores estructurales que explican su escasa integración global, lo que dificulta que se beneficie de los actuales procesos de relocalización. El informe difundido por Crédito y Caución prevé que el crecimiento económico de Latinoamérica se mantenga por debajo de su media anual prepandémica del 2,5% durante los próximos años.