Casi un tercio de los encuestados asegura que tiene la intención de realizar un viaje de lujo entre tres o cuatro veces al año eligiendo preferiblemente temporadas bajas turísticas. Así el 44% afirma que viajará en septiembre, frente al 29% que lo hará en junio o el 27% en mayo. El 45% espera pernoctar de tres a seis noches fuera de su domicilio, mientras que el 32% asegura que su viaje puede durar entre siete y nueve noches. El 27% realizará únicamente escapadas de fin de semana.
Lejos quedan los planes de viajar en familia (26%), ya que el 75% reconoce que en este tipo de viajes prefiere viajar con su pareja y en todo caso con amigos (30%).
A la hora de realizar las reservas cada vez más viajeros de lujo prefieren reservar directamente a través de la página web del hotel (68%), un 56% declara que lo hará con una agencia de viajes online frente al 13% que lo hará en una agencia de viajes física. El 15% de los viajeros de lujo asegura utilizará la página web de Condé Nast Johansens para conocer los hoteles y spas de lujo y contactar directamente con éstos.
Por primera vez se disparan los destinos de ciudad (65%) frente a los de playa (55%), seguido del 48% de viajeros que desean disfrutar de destinos rurales y del campo, y el 36% que quiere relajarse en un spa y contratar servicios de wellness. El 73% de los viajeros consultados quieren disfrutar de la gastronomía durante su viaje de lujo, el 52% de la naturaleza, el 47% del arte y la cultura, el 46% de la salud y el bienestar y el 37% del mar.
Para alojarse el 58% de los viajeros elegirá un ‘hotel boutique’ seguido del 55% que se decantará por hoteles de lujo independientes, el 41% optará por cadenas hoteleras internacionales, el 39% casa y villas privadas de alquiler y el 36% spas con tratamientos de bienestar. En el hotel, la calidad de la cama es el requisito imprescindible para el 73% de los encuestados, seguido de un buen desayuno (64%), las opciones de restaurante (58%), la piscina (49%) y cada vez se da más valor a los casi desaparecidos ‘amenities’ (44%).
El viajero de lujo valora mucho los tratamientos de bienestar y spa durante su viaje así, así un 26% asegura que formarán parte de su descanso este año además con un desembolso importante. Las previsiones son gastar más de 3.100 euros en escapadas a spas con una media de 370 euros en cada tratamiento.
Entre los tratamientos más demandados la relajación, la tranquilidad y el cuidado personal se sitúan primer lugar (84%), seguido de un retiro holístico (40%), yoga y pilates (33%), un retiro detox (28%), talasoterapia (26%) y tratamiento de spa médicos (22%).Según el estudio de Condé Nast Johansens el 62% de los usuarios prefieren recibir un tratamiento de wellness con su pareja y el 47% elige a un amigo, mientras que únicamente el 26% prefiere ir sólo. El 88% elige recibir masajes, el 63% tratamientos faciales, el 43% manicura y pedicura, el 40% tratamientos exfoliantes, el 34% tratamientos de talasoterapia e hidroterapia.
El 75% de los encuestados mencionan como primera opción el uso de jacuzzis y piscinas climatizadas, mientras que el 66% se decanta por la sauna seguida de la sala de vapor (64%), la piscina exterior (58%), el gimnasio (42%), el hammam (28%), las piscinas heladas (25%) y la sala de rasul (baños de barro).
El precio del alojamiento sigue siendo el factor clave a la hora de decidir un destino, aunque se trate de turismo de lujo. El 64% de los encuestados reconoce que es lo primero que tiene en cuenta, seguido del clima (62%), y el coste de los desplazamientos (56%) Para el 54% es importante si el hotel ofrece descuentos y promociones, el tiempo empleado para llegar al destino de vacaciones para el 47% y en quinto lugar se valora la flexibilidad para cancelar la reserva (43%).
Las recomendaciones más valiosas para los viajes de lujo vienen de la mano de familiares y amigos (56% de los casos) seguido de las guías de viaje (50%), las páginas web de viajes y las agencias online (49%) El 47% lee artículos de viajes online para contrastar y el 38% recurre también a los artículos, pero de revistas.